El gobierno de Nuevo León se encuentra en una encrucijada tras el reciente derrame de sustancias tóxicas por parte de la empresa Ternium en el arroyo La Talaverna, un incidente que ha desatado preocupación en la población y críticas hacia las autoridades locales.
La Procuraduría de Medio Ambiente del estado analiza las consecuencias ambientales del derrame de 400 mil litros de cloruro férrico y agua ácida, que ha contaminado más de 11 kilómetros del arroyo, afectando los municipios de San Nicolás y Guadalupe.
Ternium, una de las principales acereras del país, reconoció su responsabilidad en el incidente ocurrido el 17 de abril, pero las medidas de contención han sido cuestionadas por su poca efectividad, ya que los residuos químicos aún son visibles en el arroyo.
Vecinos de la colonia San Miguel, en Guadalupe, han denunciado la contaminación del agua, que ha generado olores fuertes y temor por la salud pública, recordando que este no es el primer caso de irregularidades ambientales por parte de la empresa.
El secretario de Medio Ambiente estatal, Alfonso Martínez Muñoz, ha prometido sanciones severas si se comprueba que Ternium no cumple con las normativas, aunque no se descarta la posibilidad de clausurar la planta si persisten los problemas.
Por su parte, el alcalde de San Nicolás, Daniel Carrillo, y diversos legisladores locales han exigido acciones inmediatas, incluyendo sanciones penales y hasta el cierre definitivo de la planta, priorizando la salud de la ciudadanía.
La empresa ha presentado un plan de remediación, pero la falta de avances visibles ha generado escepticismo entre los habitantes, quienes señalan que Ternium lleva años afectando la calidad del aire y el agua en la región.
El caso ha reavivado el debate sobre la regulación de industrias contaminantes en Nuevo León, un estado que enfrenta retos ambientales significativos debido al crecimiento industrial y la urbanización.
Las autoridades estatales tienen cinco días para recibir un informe detallado de Ternium sobre las causas del derrame y las acciones para reparar el daño, un plazo que será crucial para determinar el futuro de la empresa en la región.
La situación de Ternium pone en evidencia los desafíos de equilibrar el desarrollo económico con la protección ambiental, mientras la sociedad exige respuestas claras y soluciones efectivas.

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Gobierno de Nuevo León evalúa el destino de Ternium tras grave derrame tóxico
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