Donald Trump está a punto de cumplir sus primeros 100 días como presidente de Estados Unidos en su segundo mandato, y el panorama no podría ser más controvertido. Su regreso a la Casa Blanca ha estado marcado por una guerra comercial sin precedentes, con aranceles que han sacudido los mercados globales y tensionado las relaciones con aliados históricos. Desde el 20 de enero, Trump ha gobernado con mano dura, utilizando órdenes())->(orders ejecutivas para imponer políticas que han generado tanto apoyo como rechazo.
La guerra comercial desatada por Trump ha sido el eje de su administración. Ha impuesto aranceles de hasta el 20% a la Unión Europea, 145% a China y 25% a México y Canadá, argumentando que busca corregir déficits comerciales. Estas medidas, que él llama “aranceles recíprocos”, han provocado respuestas inmediatas: China elevó sus tarifas al 125%, y la Unión Europea prepara contramedidas. Los mercados financieros han sufrido caídas, y analistas advierten sobre un riesgo creciente de recesión en Estados Unidos.
México, uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, ha sentido el impacto. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció medidas arancelarias y no arancelarias en respuesta, mientras organiza protestas masivas, como un mitin en el Zócalo. Sin embargo, México enfrenta un desafío: el 70% de sus hortalizas y el 50% de sus frutas exportadas van a Estados Unidos, lo que hace que los aranceles puedan golpear duramente a su economía.
Canadá, por su parte, ha visto tensiones con Trump, quien justificó los aranceles citando problemas de migración y narcotráfico. El primer ministro Mark Carney lamentó el fin de una era de cooperación económica con Estados Unidos. Los aranceles al acero y aluminio, que entraron en vigor en marzo, han afectado exportaciones por miles de millones de dólares, desestabilizando el comercio norteamericano.
En el frente interno, Trump ha intensificado su cruzada contra la inmigración. Ha prometido deportaciones masivas y ha cuestionado el derecho a la ciudadanía por nacimiento, generando críticas por su tono autoritario. Aunque mostró cierta apertura hacia los “dreamers” (beneficiarios de DACA), sus políticas han avivado protestas en las calles estadounidenses.
La economía global enfrenta incertidumbre. Goldman Sachs elevó al 45% el riesgo de recesión en Estados Unidos, y la inflación amenaza con dispararse. Empresas como Shein y Temu, con raíces chinas, ya anunciaron alzas de precios en Estados Unidos, lo que podría afectar a los consumidores. Mientras tanto, Trump insiste en que los aranceles revitalizarán la manufactura estadounidense.
A nivel diplomático, las relaciones con aliados se han deteriorado. La Unión Europea, liderada por figuras como Giorgia Meloni, busca negociar, pero Trump ha sido inflexible, burlándose de quienes intentan suavizar su postura. Solo con China parece haber un canal de diálogo, aunque las tensiones persisten tras el aumento de aranceles.
Estos 100 días han mostrado a un Trump más radical que en su primer mandato. Sus decisiones han generado un 45% de desaprobación entre los estadounidenses, según encuestas. Mientras el mundo observa, la pregunta es hasta dónde llegará esta estrategia proteccionista y si logrará sus objetivos o desatará un caos económico mayor.
La Casa Blanca, por ahora, defiende su enfoque. Trump asegura que los aranceles recaudarán miles de millones para financiar recortes fiscales, pero los datos iniciales muestran ingresos muy por debajo de lo prometido. El futuro económico y político de Estados Unidos, y su relación con el mundo, pende de un hilo.

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Trump cumple 100 días en su segundo mandato: una tormenta de aranceles y decisiones polémicas
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