En México, los bancos están enfrentando un problema poco común pero real: algunas personas han perdido sus huellas dactilares, lo que complica los procesos de identificación biométrica. Este fenómeno, que puede ocurrir por desgaste, lesiones o condiciones médicas, ha llevado a las instituciones financieras a buscar alternativas innovadoras para garantizar la seguridad de sus clientes.
La huella dactilar se ha convertido en un pilar clave para la autentificación en los bancos mexicanos desde 2018, cuando se implementaron medidas para combatir el robo de identidad. Sin embargo, casos de clientes que no pueden registrar sus huellas han obligado al sector a replantear sus estrategias. La propuesta actual apunta a soluciones tecnológicas que no dependan exclusivamente de este dato biométrico.
Una de las alternativas más prometedoras es el reconocimiento facial, una tecnología que ya está en pruebas en algunos de los bancos más grandes del país. Este sistema permite verificar la identidad de una persona a través de una selfie, comparándola con bases de datos oficiales como la del Instituto Nacional Electoral (INE). La ventaja es que no requiere contacto físico, lo que también lo hace más higiénico y accesible.
Otra opción que se explora es la multibiometría, que combina varios métodos de identificación, como el escaneo del iris, la voz o incluso patrones de comportamiento. Expertos aseguran que esta estrategia es ideal para transacciones de alto riesgo, como la apertura de créditos hipotecarios, ya que ofrece una capa adicional de seguridad.
El Banco de México y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) han respaldado estas iniciativas, pero también han exigido que los bancos garanticen la protección de los datos biométricos. La preocupación por la privacidad es alta, ya que México ocupa el octavo lugar mundial en robo de identidad, según datos oficiales.
Empresas tecnológicas, como NA-AT Technologies, están liderando el desarrollo de estas soluciones. Sus pruebas con reconocimiento facial ya muestran resultados prometedores, y se espera que para finales de 2025 esta tecnología esté disponible en más sucursales, permitiendo a los clientes realizar trámites desde sus teléfonos o computadoras.
A pesar de los avances, el proceso no está exento de retos. La infraestructura para implementar estas tecnologías requiere una inversión significativa, y los bancos deben asegurarse de que los sistemas sean accesibles para todos los usuarios, incluyendo aquellos en zonas rurales o con acceso limitado a internet.
La pérdida de huellas dactilares, aunque afecta a un pequeño porcentaje de la población, ha servido como catalizador para modernizar los sistemas de identificación en el sector bancario. Estas innovaciones no solo buscan resolver un problema actual, sino también preparar a los bancos para un futuro donde la seguridad y la comodidad sean prioridad.
El camino hacia la adopción masiva de estas tecnologías aún está en marcha, pero los primeros pasos ya se han dado. Los bancos mexicanos están decididos a mantenerse a la vanguardia, ofreciendo soluciones que equilibren seguridad, accesibilidad y confianza para todos sus clientes.

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Bancos en México buscan nueva forma de identificación ante pérdida de huellas dactilares
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