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Buque de guerra de Estados Unidos en Veracruz: ¿Qué oculta el gobierno de Sheinbaum?

El pasado viernes 25 de abril, el puerto de Veracruz fue testigo de un hecho que ha levantado sospechas: el destructor USS Gravely, un buque de guerra de la Marina de Estados Unidos, atracó en el muelle 9 sur. La llegada de esta embarcación, equipada con misiles guiados y tecnología de punta, no fue anunciada con claridad por el gobierno federal, lo que ha generado dudas sobre los verdaderos motivos de su presencia en México.
La Secretaría de Marina (Semar) tardó en pronunciarse, pero finalmente aclaró que el USS Gravely llegó para una “escala logística”. Según el comunicado oficial, el buque permanecerá en Veracruz hasta el 28 de abril para abastecerse de 900 mil litros de combustible, cargar víveres y permitir el descanso de su tripulación. Sin embargo, la falta de transparencia inicial ha alimentado especulaciones entre la población.
Este destructor, perteneciente a la clase Arleigh Burke, es una máquina de combate avanzada. Con una longitud de 155.7 metros y una tripulación de más de 290 personas, está diseñado para operaciones aéreas, submarinas y de superficie. Su despliegue en el Golfo de México comenzó el 15 de marzo, bajo el mando del Comando Norte de Estados Unidos, con la supuesta misión de reforzar la seguridad marítima.
La presidenta Claudia Sheinbaum había declarado el 18 de marzo que la presencia del USS Gravely no representaba una amenaza para México, ya que operaba en aguas internacionales. No obstante, su llegada a un puerto mexicano sin un anuncio previo ha reavivado cuestionamientos sobre la soberanía nacional y la comunicación del gobierno de Morena.
Medios locales reportaron que un grupo de marines estadounidenses descendió del buque bajo un fuerte dispositivo de seguridad de la Semar. Aunque se dijo que los marinos permanecieron en la embarcación, la imagen de autobuses de la Armada escoltando a los extranjeros ha generado inquietud entre los habitantes de Veracruz.
El gobierno federal insiste en que esta visita está respaldada por el Derecho Internacional y la Ley Federal del Mar, específicamente el artículo 11, que regula el “derecho de paso inocente”. Este principio permite a buques extranjeros atracar en puertos nacionales siempre que no comprometan la seguridad del país. Pero, ¿por qué tanto secretismo inicial?
La Semar destacó que la escala del USS Gravely es parte de la cooperación internacional entre armadas, una práctica común que no afecta la soberanía mexicana. Sin embargo, el contexto no ayuda a calmar las dudas: el buque forma parte de una estrategia estadounidense para combatir el narcotráfico, el terrorismo y la migración irregular en el Golfo de México, según el Pentágono.
La presencia del destructor coincide con un momento de tensión en la relación México-Estados Unidos, especialmente tras la designación de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas por parte de Washington. Esto ha llevado a algunos a preguntarse si el gobierno de Sheinbaum está cediendo ante presiones extranjeras.
Mientras el USS Gravely permanece en Veracruz, la ciudadanía espera respuestas claras. La falta de comunicación oportuna por parte del gobierno federal solo alimenta la desconfianza. ¿Es realmente una simple escala logística o hay algo más detrás de esta visita?
El buque zarpará el lunes, pero las preguntas sobre la gestión de este episodio por parte de la administración de Morena seguirán resonando. La transparencia, una vez más, parece ser el talón de Aquiles de este gobierno.

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