En un partido vibrante en San Francisco, los Golden State Warriors lograron una victoria crucial de 104-93 sobre los Houston Rockets, poniendo la serie de primera ronda de los playoffs de la NBA en 2-1 a su favor. Stephen Curry, la estrella indiscutible del encuentro, comandó la remontada con una actuación espectacular que dejó a los aficionados sin aliento.
Curry anotó 36 puntos, capturó siete rebotes y repartió nueve asistencias, demostrando por qué es considerado uno de los mejores jugadores de la liga. Su precisión fue clave, acertando 12 de 23 tiros de campo, incluyendo varios triples que encendieron al público en el Chase Center. Sin duda, el “Chef” cocinó una noche memorable.
Los Warriors llegaron al encuentro sin Jimmy Butler, una baja sensible, pero la ausencia no mermó su intensidad. Curry asumió el liderazgo y, apoyado por sus compañeros, logró darle la vuelta a un partido que los Rockets dominaron en los primeros minutos. La defensa de Golden State fue fundamental para contener a los texanos.
Por parte de los Rockets, Alperen Sengun lideró con 22 puntos y 10 rebotes, mientras que Jalen Green aportó 18 puntos. Sin embargo, la ofensiva de Houston se desinfló en la segunda mitad, especialmente en el último cuarto, donde los Warriors impusieron su ritmo y aseguraron la victoria.
El partido comenzó con los Rockets tomando una ventaja temprana, gracias a su agresividad en la pintura y transiciones rápidas. En el primer cuarto, Houston parecía tener el control, pero los Warriors ajustaron su estrategia y cerraron espacios, limitando las opciones ofensivas de su rival.
El tercer cuarto fue el punto de inflexión. Curry anotó 14 puntos en ese periodo, incluyendo dos triples consecutivos que cambiaron el ánimo del encuentro. Los Warriors, que llegaron a estar abajo por 10 puntos, encontraron su ritmo y tomaron la delantera, para no soltarla más.
Draymond Green también tuvo un papel destacado, aportando 10 puntos, ocho rebotes y seis asistencias. Su intensidad defensiva y liderazgo en la cancha fueron clave para mantener a los Warriors enfocados, especialmente en los momentos de mayor presión.
El último cuarto fue un monólogo de Golden State. Con Curry al mando, los Warriors ampliaron la ventaja, mientras que los Rockets no encontraron respuestas. La afición celebró cada canasta, consciente de que esta victoria podría marcar el rumbo de la serie.
Este triunfo le da a los Warriors el impulso necesario de cara al cuarto juego, que también se disputará en San Francisco. Los Rockets, por su parte, deberán ajustar su estrategia si quieren igualar la serie y recuperar el terreno perdido.
La actuación de Curry no solo aseguró la victoria, sino que también lo colocó en el décimo puesto de la lista histórica de anotadores en los playoffs de la NBA. Una noche redonda para una leyenda que sigue escribiendo su legado en la liga.