Un violento enfrentamiento sacudió la comunidad de Rancho Colorado, en Jiquipilco, Estado de México, dejando un saldo de dos personas muertas y tres detenidas. Los hechos ocurrieron el pasado 25 de abril, cuando pobladores se enfrentaron a presuntos delincuentes tras un intento de asalto que desató el caos en la zona.
Según reportes, un grupo armado irrumpió en un comercio local, lo que provocó la furia de los habitantes. Los vecinos, hartos de la inseguridad, decidieron enfrentar a los criminales, pero la situación escaló rápidamente. Los presuntos ladrones abrieron fuego contra la multitud, desencadenando una tragedia.
En el intercambio de disparos, un civil perdió la vida, alcanzado por las balas de los agresores. Los pobladores, en un acto de desesperación, lograron someter a uno de los delincuentes, quien murió a causa de los golpes recibidos. La violencia dejó una marca imborrable en la comunidad.
Las autoridades locales llegaron al lugar tras los reportes de los vecinos. En el operativo, dos de los presuntos criminales, un hombre y una mujer, fueron detenidos y puestos a disposición de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México. Sin embargo, la tensión en la zona persiste.
El enfrentamiento también dejó varios heridos, aunque no se ha precisado el número exacto. Los pobladores incendiaron un taxi que, según ellos, era utilizado por los delincuentes. Este acto refleja el hartazgo de una comunidad que se siente abandonada ante el aumento de la delincuencia.
La Fiscalía ya inició una investigación para esclarecer los hechos. Se busca determinar la responsabilidad de los involucrados y las circunstancias que llevaron a este desenlace fatal. Mientras tanto, los habitantes exigen respuestas y medidas concretas para garantizar su seguridad.
Este incidente pone en evidencia la grave crisis de inseguridad que azota al Estado de México. Los enfrentamientos entre civiles y delincuentes son cada vez más frecuentes, y la falta de acción efectiva por parte de las autoridades agrava la situación. Jiquipilco es ahora un reflejo de esta realidad.
La comunidad de Rancho Colorado llora a sus muertos y vive con miedo. La violencia desatada el viernes pasado no solo dejó víctimas, sino también una herida profunda en el tejido social. Los habitantes se preguntan cuánto tiempo más deberán esperar para vivir en paz.