En un duelo vibrante que mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos, el FC Barcelona se proclamó campeón de la Copa del Rey 2025 al derrotar 3-2 al Real Madrid en un partido que se definió en los tiempos extra. La final, disputada en el Estadio de La Cartuja en Sevilla, fue un espectáculo de emociones y jugadas memorables.
El encuentro comenzó con un Barcelona dominante, que se adelantó en el marcador gracias a un gol de Pedri en los primeros minutos. El joven centrocampista aprovechó una gran jugada colectiva para poner el 1-0 y encender a la afición culé. Sin embargo, el Real Madrid no se quedó atrás y respondió con intensidad.
Antes del descanso, el conjunto blanco logró igualar el marcador con un tanto de Rodrygo, quien culminó una rápida contra liderada por Vinicius Jr. El empate reflejó el equilibrio entre ambos equipos, con un Barcelona controlador y un Madrid letal al contragolpe. La primera mitad terminó con ambos equipos buscando el desempate sin éxito.
En la segunda parte, el Barcelona volvió a tomar la delantera con un gol de Ferran Torres, quien aprovechó un error defensivo del Real Madrid para poner el 2-1. La afición azulgrana estalló de júbilo, pero la alegría duró poco. Un cabezazo de Jude Bellingham en un tiro de esquina llevó el partido a un empate 2-2 que forzó el tiempo extra.
Los tiempos suplementarios fueron un auténtico torbellino de emociones. Ambos equipos se lanzaron al ataque, conscientes de que un solo error podía costarles el título. El Barcelona, liderado por un incansable Raphinha, mantuvo la presión sobre la defensa madridista, mientras que el Real Madrid buscaba sorprender con la velocidad de Mbappé.
El momento decisivo llegó en el minuto 115, cuando Jules Koundé se alzó en un córner para rematar de cabeza y marcar el 3-2 definitivo. El gol desató la euforia en las gradas y selló la victoria del Barcelona, que levantó su título número 32 en la historia de la Copa del Rey.
El Real Madrid, pese a la derrota, mostró garra hasta el final, pero no pudo superar la solidez defensiva del Barcelona en los minutos finales. La final fue un reflejo de la histórica rivalidad entre ambos clubes, con momentos de gran fútbol y tensión constante.
Este triunfo marca un hito para el Barcelona en la era de Hansi Flick, consolidando al equipo como un contendiente serio en todas las competiciones. La Copa del Rey vuelve a ser culé, en una noche que los aficionados no olvidarán.