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Claudia Sheinbaum da banderazo a obras del tren de carga en Yucatán: ¿Otro proyecto millonario con promesas vacías?

La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó este sábado el banderazo de inicio de las obras del tren de carga del Tren Maya en Progreso, Yucatán, un proyecto que promete revolucionar la economía del sureste mexicano. Acompañada del gobernador Joaquín Díaz Mena, la mandataria federal llegó al evento tras una gira que incluyó Quintana Roo y que concluirá en Campeche. Este acto marca su tercera visita a Yucatán en apenas seis meses de gobierno, lo que según el discurso oficial refleja una supuesta coordinación entre el gobierno federal y estatal.
El proyecto del tren de carga, que conectará Umán con Progreso, tiene un costo superior a los 20 mil millones de pesos, según las autoridades. Se presenta como una obra de alto impacto económico, con la meta de detonar el crecimiento industrial y logístico de la región. Sin embargo, las promesas de generar miles de empleos y atraer inversión extranjera suenan conocidas, similares a las que han acompañado otros megaproyectos del gobierno de Morena que no siempre han cumplido las expectativas.
Durante la gira, Sheinbaum también supervisó las obras de ampliación del Puerto de Altura de Progreso, otro proyecto ambicioso con una inversión de 7 mil 900 millones de pesos. Esta modernización, financiada por los gobiernos federal, estatal y la iniciativa privada, busca permitir la llegada de embarcaciones de mayor calado y fortalecer el comercio marítimo internacional. Pero, ¿realmente se traducirá en beneficios tangibles para los yucatecos o será otro elefante blanco que engorde los bolsillos de unos pocos?
La presidenta llegó a Yucatán la noche del viernes a bordo del Tren Maya, desembarcando en la estación de Teya, cerca de Mérida. Su agenda incluyó eventos privados, como una reunión del programa Mujeres del Bienestar en Chocholá y un recorrido por la zona industrial de Sipona, donde se discutieron detalles del Puerto de Altura. Estos eventos, aunque no fueron públicos, refuerzan la narrativa de un gobierno que busca proyectar cercanía con la gente, mientras las críticas por la opacidad en el manejo de recursos no se hacen esperar.
El sábado por la tarde, Sheinbaum y Díaz Mena encabezaron la inauguración del renovado Centro Cultural Ateneo Peninsular y del nuevo Museo del Tren Maya en Mérida. Estas acciones culturales, según el discurso oficial, buscan fortalecer la identidad regional y el turismo. Sin embargo, muchos se preguntan si estas obras son prioritarias frente a problemas urgentes como la inseguridad o la falta de infraestructura básica en comunidades marginadas de Yucatán.
El tren de carga del Tren Maya, que forma parte de los proyectos estrella de la llamada Cuarta Transformación, ha sido vendido como un motor de desarrollo para el sureste. Las autoridades aseguran que el ramal de Progreso permitirá transportar mercancías de manera más eficiente, conectando la región con mercados nacionales e internacionales. Pero los antecedentes del Tren Maya, con retrasos, sobrecostos y cuestionamientos ambientales, generan escepticismo sobre si este nuevo tramo cumplirá con los plazos y beneficios prometidos.
La ampliación del Puerto de Altura, por su parte, se presenta como un complemento estratégico para el tren de carga. Con una plataforma adicional de 80 hectáreas, el puerto busca posicionarse como un centro logístico clave en el sureste mexicano. No obstante, la participación de la iniciativa privada en el financiamiento ha levantado sospechas sobre posibles conflictos de interés o beneficios dirigidos a empresarios cercanos al poder, un patrón que se ha repetido en otros proyectos de este gobierno.
La gira de Sheinbaum por Yucatán, aunque cargada de simbolismo y anuncios, no está exenta de críticas. La insistencia en megaproyectos como el Tren Maya y el Puerto de Progreso contrasta con las necesidades inmediatas de los ciudadanos, como el acceso a servicios de salud, seguridad y educación de calidad. Mientras el gobierno federal presume coordinación con el estatal, muchos yucatecos se preguntan si estas obras realmente transformarán sus vidas o si solo serán una fachada para justificar gastos millonarios.
El domingo, la presidenta continuará su gira en Escárcega, Campeche, donde dará otro banderazo para el Programa de Vivienda para el Bienestar. Este itinerario refleja la estrategia de Sheinbaum de mantener una presencia constante en el sureste, una región clave para Morena. Sin embargo, la acumulación de promesas y la falta de resultados concretos en otros proyectos del gobierno federal hacen que estas giras sean vistas con desconfianza por una ciudadanía cada vez más exigente.
En resumen, el banderazo al tren de carga en Yucatán es un nuevo capítulo en la narrativa de transformación que impulsa el gobierno de Claudia Sheinbaum. Pero mientras las autoridades celebran el arranque de estas obras, la pregunta sigue en el aire: ¿serán estos proyectos la clave para el desarrollo del sureste o solo otro capítulo de promesas incumplidas que enriquecen a unos pocos a costa del erario público?

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