El Parque Revolución, conocido como Parque Rojo, en el corazón de Guadalajara, amaneció cercado con mallas ciclónicas, dejando a cientos de comerciantes sin su fuente de ingresos. El cierre, ejecutado por el Ayuntamiento de Guadalajara, se dio sin previo aviso, generando indignación entre los vendedores que cada sábado instalaban sus puestos en este emblemático lugar.
La medida forma parte de las obras de remodelación del parque, destinadas a preparar la ciudad para el FIFA Fan Fest del Mundial 2026. Sin embargo, los comerciantes denuncian que las autoridades incumplieron acuerdos previos, donde se les prometió notificación y opciones de reubicación antes de cualquier intervención.
Cerca de mil 200 familias dependen de las ventas en el Parque Rojo, donde se comercializan ropa, artesanías, libros y más. Los vendedores, muchos de ellos adultos mayores, aseguran que este espacio es su única fuente de sustento, y el cierre repentino los deja en una situación de incertidumbre económica.
El viernes, decenas de comerciantes se manifestaron frente al Ayuntamiento tapatío, exigiendo soluciones inmediatas. Bloquearon avenidas como Federalismo y Vallarta, generando caos vial en el centro de la ciudad. Su principal demanda es una reubicación en un espacio cercano que les permita continuar trabajando.
Margarita Valle, jefa de la Oficina de la Secretaría General, informó que se instaló una mesa de diálogo con los vendedores. Algunos, que cuentan con permisos para el tianguis cultural sabatino, podrán regresar a espacios regulados. Para los demás, se prometen alternativas, aunque aún no se concretan.
Las obras en el Parque Rojo, con una inversión de 23 millones de pesos, tendrán una duración estimada de cinco meses. Las autoridades aseguran que buscan modernizar el espacio para beneficio de los ciudadanos, pero los comerciantes sienten que sus necesidades han sido ignoradas.
Mirza, una de las representantes de los vendedores, expresó la frustración del grupo: no buscan privilegios, solo un lugar digno para trabajar. La falta de comunicación ha generado desconfianza hacia el gobierno municipal, que parece priorizar eventos internacionales sobre las necesidades locales.
Este sábado, otro grupo de comerciantes intentó instalarse en el Parque El Refugio, pero la presencia de policías y la falta de permisos complicaron la situación. Las protestas continúan, y los vendedores advierten que no descansarán hasta obtener una solución justa.
La remodelación del Parque Rojo es parte de un proyecto más amplio, con una inversión conjunta de 450 millones de pesos entre el Ayuntamiento y el Gobierno de Jalisco. Sin embargo, la falta de planeación para reubicar a los comerciantes pone en evidencia las tensiones entre el desarrollo urbano y la supervivencia de las familias trabajadoras.
Mientras Guadalajara se prepara para brillar en el escenario mundial, los comerciantes del Parque Rojo luchan por no quedar en el olvido. Su futuro depende de las decisiones que tomen las autoridades en los próximos días.

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Comerciantes del Parque Rojo en Guadalajara Exigen Soluciones tras Cierre Inesperado
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