El excongresista republicano George Santos, quien representó a Nueva York en el Congreso de Estados Unidos, fue sentenciado a 87 meses de prisión por un tribunal federal en Long Island. La condena, dictada por la jueza Joanna Seybert, responde a los delitos de fraude electrónico y robo de identidad agravado, de los cuales Santos se declaró culpable en agosto de 2024.
La caída de Santos comenzó cuando se descubrió que había fabricado gran parte de su biografía. Durante su campaña electoral en 2022, se presentó como un exitoso empresario con experiencia en firmas de Wall Street como Goldman Sachs y Citigroup. También afirmó haber estudiado en prestigiosas universidades y tener ascendencia judía ligada al Holocausto. Todo resultó ser falso.
Las investigaciones revelaron que Santos no solo mintió sobre su pasado, sino que también cometió actos delictivos para financiar su campaña. Robó la identidad de al menos una docena de personas, incluidos familiares, y engañó a donantes para obtener fondos. Parte de ese dinero fue usado en gastos personales, como compras de lujo, tratamientos de Botox y suscripciones a OnlyFans.
En diciembre de 2023, Santos fue expulsado de la Cámara de Representantes tras una votación bipartidista. Fue el sexto legislador en la historia de Estados Unidos en ser removido de esta manera. El Comité de Ética del Congreso determinó que había violado reglas fundamentales, incluyendo el uso indebido de fondos de campaña para fines personales.
La jueza Seybert cuestionó la autenticidad del arrepentimiento de Santos durante la audiencia. A pesar de sus lágrimas y disculpas públicas, la magistrada señaló que el excongresista seguía culpando a otros por sus acciones. “¿Dónde está su remordimiento? ¿Dónde lo veo?”, expresó antes de dictar la sentencia.
Además de los siete años de prisión, Santos deberá pagar una restitución de más de 373,000 dólares a las víctimas de sus fraudes. Los fiscales destacaron la gravedad de sus delitos, calificándolos como “sin precedentes” y subrayando que explotó el sistema electoral para su beneficio personal.
El caso de Santos ha generado un intenso debate sobre la falta de controles en las campañas políticas estadounidenses. Sus mentiras, que incluían afirmaciones sobre una ONG de rescate de animales que nunca existió, fueron descubiertas inicialmente por el New York Times, lo que desencadenó una serie de investigaciones.
Santos, de 36 años, también enfrentó problemas legales en Brasil por un caso de fraude previo, aunque no fue castigado debido a que las autoridades no pudieron localizarlo. Su historial de engaños ha dejado una marca en la política estadounidense, poniendo en evidencia las vulnerabilidades del sistema.
La sentencia marca el fin de la breve y polémica carrera política de Santos, quien alguna vez fue visto como una estrella emergente del Partido Republicano. Ahora, enfrenta un futuro tras las rejas y la obligación de reparar el daño causado a sus víctimas.

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George Santos, excongresista republicano, condenado a más de siete años de prisión por fraude y robo de identidad
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