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Tres guatemaltecos desaparecen en Chiapas: la inseguridad golpea de nuevo en la frontera

En un nuevo episodio que pone en evidencia la grave crisis de inseguridad en Chiapas, tres ciudadanos guatemaltecos han desaparecido sin dejar rastro en Tapachula. Porfirio Adalberto Dávila Romero, César Augusto Hernández Lemus y Jeremías Eliceo Lemus Paredes, quienes buscaban trabajo en México, fueron vistos por última vez el 31 de marzo, y desde entonces, sus familias viven en la incertidumbre.
Los tres hombres, originarios de Guatemala, viajaron a Chiapas con la esperanza de encontrar mejores oportunidades laborales. Según la información proporcionada por sus familiares, su última ubicación conocida fue el centro de Tapachula, cuando se dirigían a Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado. Desde ese momento, no se ha tenido ninguna noticia sobre su paradero.
La Fiscalía General del Estado de Chiapas emitió fichas de búsqueda a través del programa ¿Has visto a?, un esfuerzo para localizar a personas desaparecidas. Sin embargo, las autoridades no han reportado avances significativos en el caso, lo que ha generado desesperación entre los familiares de los desaparecidos.
El Consulado de Guatemala en Tapachula ha intervenido para presionar a las autoridades mexicanas y exigir una investigación más efectiva. A pesar de los esfuerzos diplomáticos, la representación consular señaló que, hasta la fecha, no se han obtenido resultados concretos sobre el paradero de los tres guatemaltecos.
La desaparición de estos hombres no es un caso aislado. Chiapas, particularmente en zonas fronterizas como Tapachula, ha registrado un aumento alarmante en casos de desapariciones y violencia. La región, marcada por la presencia de grupos criminales, se ha convertido en un punto crítico para migrantes y trabajadores que cruzan la frontera.
Familiares de los desaparecidos han expresado su frustración por la falta de acción de las autoridades. La zona de Tapachula, cercana a la frontera con Guatemala, es conocida por ser un corredor de migración, pero también por los riesgos que enfrentan quienes transitan por ella, incluyendo extorsiones y secuestros.
La situación pone en evidencia la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad en una de las regiones más vulnerables del país. Mientras las familias esperan respuestas, la incertidumbre crece, y la frontera sur de México sigue siendo un territorio donde la violencia parece no tener freno.
Este caso se suma a una larga lista de incidentes que han sacudido a Chiapas en los últimos años. La falta de estrategias efectivas para combatir la inseguridad sigue dejando a ciudadanos, tanto mexicanos como extranjeros, en una situación de total indefensión.
La colaboración entre las autoridades de México y Guatemala continúa, pero los resultados son escasos. El Consulado guatemalteco mantiene comunicación con la red consular en Chiapas, pero las familias de los desaparecidos siguen sin respuestas claras.
La desaparición de Porfirio, César y Jeremías es un recordatorio doloroso de los peligros que enfrentan miles de personas en la frontera. Mientras no haya acciones contundentes, la inseguridad seguirá cobrando víctimas en una región olvidada por las autoridades.

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