Corfú, una isla griega en el mar Jónico, es un destino que combina historia, cultura y paisajes de ensueño. A diferencia de las típicas postales de casas blancas y cúpulas azules, esta isla ofrece un encanto único con sus calles empedradas, edificios de colores pastel y una naturaleza exuberante. Su capital, también llamada Corfú o Kérkyra, es un laberinto de callejuelas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde se respira una mezcla de influencias venecianas, francesas y británicas.
La isla es famosa por sus playas de aguas cristalinas, como Paleokastritsa, con sus calas rocosas y bahías de un azul intenso. Sidari, al norte, alberga el icónico Canal d’Amour, una formación rocosa esculpida por el mar que atrae a parejas por su belleza romántica y su leyenda de compromiso eterno. Para los amantes de la naturaleza, el Cabo Drastis ofrece acantilados blancos y vistas espectaculares, perfectas para un atardecer inolvidable.
La historia de Corfú está impregnada de mitos y relatos. Según la mitología griega, la isla lleva el nombre de Kérkyra, una ninfa de la que se enamoró Poseidón. Además, se dice que Odiseo encontró refugio aquí en su odisea. Lugares como el Achilleion, el palacio de la emperatriz Sissi de Austria, reflejan esta rica herencia con sus jardines y vistas a la bahía de Benitses, aunque el interior está en restauración.
La Semana Santa en Corfú es un espectáculo vibrante. La procesión de San Spyridon, patrón de la isla, reúne a miles de visitantes que presencian la tradición de los “Botides”, donde los locales lanzan jarrones de cerámica con agua desde los balcones. Esta celebración, llena de música y color, es una de las más emblemáticas de Grecia y una experiencia cultural única.
Para los amantes de la gastronomía, Corfú no decepciona. Restaurantes como Etrusco, dirigido por el chef Ettore Botrini, ofrecen menús degustación con platos innovadores elaborados con ingredientes locales. En el casco antiguo, The Venetian Well es ideal para una cena romántica, mientras que tabernas tradicionales sirven clásicos como pastitsada, una cazuela de carne con pasta, o sofrito, ternera en salsa de vino.
La isla también tiene un lado literario. Gerald Durrell, autor de “Mi familia y otros animales”, vivió en Corfú y dejó su huella en lugares como Kalami, donde la Casa Blanca, antigua residencia de la familia, es ahora un restaurante con vistas al mar. Los fans de la serie “Los Durrell” recorren la isla buscando los escenarios que inspiraron sus historias.
El verano es la temporada más popular para visitar Corfú, con sus playas y vida nocturna en pleno apogeo. Sin embargo, mayo y octubre son ideales para quienes prefieren menos multitudes y un ambiente más tranquilo. Alquilar un coche es recomendable para explorar la isla a fondo, desde sus pueblos pesqueros hasta sus monasterios, como el de Vlacherna, conectado a la pintoresca isla de Pontikonisi.
Corfú ofrece opciones de alojamiento para todos los gustos. Resorts como Ikos Corfu cuentan con playas privadas y suites con piscina, perfectos para una escapada de lujo. Para una experiencia más auténtica, los pequeños hoteles en Sidari o Kassiopi permiten disfrutar de la hospitalidad local y la cercanía a calas escondidas.
La isla no solo es un destino de playa, sino también de aventura. Excursiones en barco a las Cuevas Azules, caminatas por el monte Pantokrator o paseos a caballo por viñedos son solo algunas de las actividades que enriquecen la visita. Corfú es, sin duda, un lugar donde la historia, la naturaleza y la cultura se entrelazan para crear recuerdos imborrables.

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Descubre Corfú, la joya griega que te dejará sin aliento
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