La reforma a la Ley de Telecomunicaciones, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, está a punto de dar un paso crucial en el Senado. Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, aseguró que la próxima semana se aprobará esta iniciativa, aunque confía en que los senadores le hagan modificaciones. Sin embargo, las alertas están encendidas: ¿qué busca realmente el gobierno con este cambio?
El proyecto, aprobado ya en comisiones del Senado, ha desatado una ola de críticas. La oposición, formada por PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, califica la reforma como una “ley censura”. Argumentan que otorga al gobierno un control excesivo sobre el sector de telecomunicaciones, lo que podría limitar la libertad de expresión. ¿Estamos ante un nuevo intento de Morena por controlar la narrativa?
Monreal, fiel a su estilo, admitió que tiene “observaciones” sobre la iniciativa, pero se negó a detallarlas. En una conferencia de prensa, aseguró que habló con senadores para revisar “algunas disposiciones”. Su hermetismo solo aumenta las sospechas: ¿qué partes de la reforma le preocupan al líder morenista? ¿O es solo una estrategia para calmar las críticas?
La presidenta Sheinbaum, por su parte, ha defendido la reforma con uñas y dientes. En su conferencia mañanera, reconoció que una parte del texto podría interpretarse como censura y sugirió cambios. Sin embargo, su discurso no convence a todos. La creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, que reemplazaría al Instituto Federal de Telecomunicaciones, genera temores de una centralización del poder.
La oposición no se ha quedado callada. Senadores como Ricardo Anaya, del PAN, han denunciado que la reforma es un “albazo legislativo”. Acusan al gobierno de aprovechar el pretexto de regular la propaganda extranjera para controlar el espectro radioeléctrico y las plataformas digitales. ¿Es esta una maniobra para silenciar voces críticas?
El proyecto también permite al Ejecutivo Federal retirar concesiones de radio y televisión por “interés público” o “seguridad nacional”. Esta cláusula, según la oposición, abre la puerta a decisiones arbitrarias. Además, la nueva agencia podría cambiar o rescatar frecuencias sin necesidad de autorización judicial, un poder que muchos consideran desmedido.
Monreal, siempre calculador, no descarta que la reforma pase sin cambios. “Soy uno más de los 500”, dijo, quitándose responsabilidad. Sin embargo, su influencia en Morena es innegable. Si el Senado no modifica la iniciativa, la Cámara de Diputados podría ser el último filtro para ajustar el texto. Pero, con la mayoría de Morena, ¿habrá voluntad real de corregirla?
El tiempo apremia. Monreal planea que el Pleno del Senado sesione lunes, martes y miércoles de la próxima semana para aprobar la reforma antes del 30 de abril, cuando termina el periodo ordinario. La rapidez con la que se mueve esta iniciativa solo alimenta las dudas sobre sus verdaderas intenciones.
Mientras tanto, en redes sociales, el hashtag #MorenaTeCensura gana fuerza. Usuarios y medios critican lo que ven como un ataque a la libertad de expresión. La polémica está lejos de terminar, y la presión sobre el Senado crece. ¿Lograrán los senadores frenar los puntos más controvertidos de la reforma?
La batalla por las telecomunicaciones en México está en su punto más álgido. Lo que ocurra la próxima semana definirá si el gobierno de Sheinbaum consolida su control sobre un sector clave o si las críticas obligan a un replanteamiento. Por ahora, la incertidumbre reina.

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¡La Nueva Ley de Telecomunicaciones de Sheinbaum Avanza a Toda Marcha! Monreal Confía en Cambios, Pero ¿Qué Esconde Esta Reforma?
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