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Consumo mundial de vino se desploma en 2024: el peor año en más de seis décadas

El consumo global de vino en 2024 alcanzó su nivel más bajo desde 1961, con una caída del 3.3% respecto al año anterior. Según la Organización Internacional de la Viña y el Vino, se consumieron solo 214.2 millones de hectolitros, una cifra que refleja un cambio drástico en los hábitos de los consumidores.
Estados Unidos, uno de los mayores mercados, vio una reducción del 6% en su consumo de vino. Francia, otro gigante del sector, no se quedó atrás, con una caída del 4%. Estos descensos en los principales mercados han encendido las alarmas en la industria vitivinícola.
La producción de vino también sufrió un duro golpe en 2024, alcanzando los 225.8 millones de hectolitros, un 4.8% menos que en 2023. Los eventos climáticos extremos, como sequías y heladas, afectaron gravemente los cultivos en varias regiones productoras, marcando el nivel más bajo de producción en 60 años.
Factores como la inflación global han jugado un papel clave en esta crisis. Los precios del vino han aumentado, lo que ha llevado a los consumidores a optar por alternativas más económicas o a reducir su consumo. Además, las nuevas generaciones muestran preferencias distintas, alejándose de los vinos tradicionales.
La incertidumbre en el sector se agrava por los aranceles impuestos por Estados Unidos. Aunque el director de la OIV, John Barker, señaló que un arancel del 10% no cambiaría el estatus de Estados Unidos como mercado clave, cualquier barrera comercial genera tensiones, ya que el 47% del vino producido a nivel global se exporta.
En América Latina, países como Argentina y Chile siguen siendo actores importantes. Argentina, conocida por su Malbec, y Chile, con su Cabernet Sauvignon, enfrentan desafíos para mantener su cuota en un mercado global en contracción. Sin embargo, ambos países han visto un aumento en la demanda de vinos más accesibles.
El cambio en los gustos de los consumidores también ha influido en las tendencias del mercado. Mientras el consumo de vino tinto continúa disminuyendo, los vinos blancos y espumosos están ganando popularidad, especialmente entre los más jóvenes, que buscan bebidas más ligeras y frescas.
A pesar de las dificultades, el sector vitivinícola busca adaptarse. Las bodegas están explorando nuevos mercados en Asia y diversificando sus productos para atraer a consumidores preocupados por la sostenibilidad y la salud. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto para esta industria milenaria.
La combinación de factores económicos, climáticos y culturales ha creado un escenario complejo para el vino en 2024. La pregunta ahora es si el sector podrá reinventarse para recuperar su lugar en las mesas del mundo.

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