En Villa Corzo, un enfrentamiento armado dejó un saldo devastador: El Cachorro, identificado como líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en la región Frailesca, fue abatido junto a su escolta. Tres policías resultaron heridos, evidenciando el alto riesgo que enfrentan las fuerzas del orden frente a la delincuencia.
El operativo en Villa Corzo comenzó cuando civiles armados atacaron a elementos de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal y de la Policía Estatal Preventiva. Las autoridades respondieron, neutralizando a los agresores y decomisando un arma larga, dos armas cortas, una camioneta y una motocicleta.
En Cintalapa, la detención de El Ratero, líder de una organización criminal con influencia en Chiapas y Guatemala, marcó otro avance. Junto a él cayeron dos cómplices, y se aseguraron armas y dosis de droga, lo que revela la magnitud de sus operaciones ilícitas.
La violencia en Chiapas no da tregua. La disputa entre el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Chiapas y Guatemala ha desplazado a miles de personas, especialmente indígenas, y ha incrementado el tráfico de drogas, personas y la extorsión en la frontera sur.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, destacó estos operativos como parte de una estrategia para frenar al crimen organizado. Sin embargo, los enfrentamientos y decomisos muestran que el control de estos grupos sigue siendo un desafío mayúsculo para el gobierno.
El gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, afirmó que las acciones contra la delincuencia continuarán para garantizar la paz. Pero los hechos demuestran que la inseguridad sigue desbordada, con comunidades enteras viviendo bajo el temor de estos cárteles.
Estos operativos reflejan el esfuerzo de las autoridades, pero también la cruda realidad de un estado donde la violencia parece no ceder. La población de Chiapas sigue esperando resultados concretos que devuelvan la tranquilidad a sus calles.