El Fondo Monetario Internacional ha encendido las alarmas sobre el futuro económico de México. Según su más reciente informe, la economía mexicana podría contraerse un 0.3 por ciento en 2025, un pronóstico que revierte las expectativas de crecimiento de 1.4 por ciento que se tenían en enero. Este cambio drástico se atribuye a las crecientes tensiones comerciales, especialmente con Estados Unidos, que amenazan con golpear duramente al país.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, ha señalado que la incertidumbre en las políticas comerciales está en niveles nunca antes vistos. Las medidas arancelarias impulsadas por el gobierno de Donald Trump, como los impuestos del 25 por ciento a productos mexicanos, están generando un entorno de inestabilidad. México, cuya economía depende en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos, se encuentra en una posición particularmente vulnerable.
El informe del FMI destaca que México será uno de los países más afectados por la guerra comercial. La contracción económica prevista para 2025 no solo implica una desaceleración, sino un retroceso que podría impactar el empleo, el consumo y la inversión. Los analistas advierten que, sin un acuerdo que reduzca las tensiones comerciales, el panorama podría empeorar aún más.
A pesar de las exenciones arancelarias negociadas para los productos cubiertos por el T-MEC, los bienes no amparados por este acuerdo enfrentan un arancel del 12 por ciento, que podría aumentar al 15 por ciento en abril de 2025. Esta situación está generando preocupación en sectores clave como la industria automotriz, que ya muestra signos de debilitamiento debido a la caída en la demanda de exportaciones.
El FMI también ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento global, anticipando una desaceleración generalizada pero sin llegar a una recesión mundial. Sin embargo, para México, el escenario es menos optimista. La dependencia del mercado estadounidense, que absorbe el 83 por ciento de las exportaciones mexicanas, hace que cualquier turbulencia en la economía de Estados Unidos tenga un efecto directo en el país.
La inflación es otro factor que preocupa. Aunque en México se ha moderado, con una tasa anual de 3.8 por ciento en febrero, la depreciación del peso frente al dólar podría revertir esta tendencia. El FMI estima que la inflación podría cerrar 2025 en un 4 por ciento, lo que añadiría presión a los consumidores y complicaría las decisiones de política monetaria del Banco de México.
El organismo internacional ha hecho un llamado a las autoridades mexicanas para que implementen una estrategia fiscal sólida. Reducir el déficit, aumentar los ingresos tributarios y priorizar la inversión en capital humano y físico son algunas de las recomendaciones para mitigar los efectos de la crisis. Sin embargo, la incertidumbre generada por reformas internas, como la judicial, podría seguir desincentivando la inversión privada.
Mientras tanto, la Secretaría de Hacienda mantiene un pronóstico más optimista, estimando un crecimiento del 1.9 por ciento para 2025. Esta discrepancia con el FMI refleja las dificultades para alinear las expectativas en un contexto de alta volatilidad. Los próximos meses serán cruciales para definir si México logra sortear las turbulencias comerciales o si, efectivamente, se sume en una recesión.

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¡México al borde del abismo económico en 2025! El FMI lanza advertencia por tensiones comerciales
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