En un nuevo capítulo de la crisis de inseguridad que azota al país, autoridades de Colima localizaron seis fosas clandestinas con restos humanos en distintos puntos de la capital del estado. El hallazgo, realizado por la Fiscalía General del Estado, pone en evidencia la magnitud del problema de violencia y desapariciones que sigue sin control.
Los operativos, que culminaron con el descubrimiento de las fosas, se llevaron a cabo tras obtener dos órdenes de cateo. Elementos de la fiscalía, en coordinación con fuerzas federales, trabajaron en la inspección de los sitios, donde encontraron restos humanos junto con otros indicios que podrían estar relacionados con personas desaparecidas en la entidad.
La Fiscalía de Colima informó que los restos serán sometidos a análisis minuciosos para determinar el número de cuerpos, sexo, edades y otras características. Este proceso incluirá pruebas de ADN, con el objetivo de identificar a las víctimas y notificar a sus familias, quienes viven la incertidumbre de no saber el paradero de sus seres queridos.
El hallazgo de estas fosas se suma a una alarmante estadística en Colima, un estado que, a pesar de su pequeño tamaño, registra un elevado número de entierros clandestinos. Desde 2006, se han documentado cerca de 290 fosas en la entidad, con más de 200 cuerpos recuperados, de los cuales la mayoría permanece sin identificar.
La situación en Colima refleja un problema nacional que parece no encontrar solución. México enfrenta una crisis de desapariciones, con más de 122 mil personas no localizadas, según datos oficiales. Los colectivos de búsqueda, formados principalmente por familiares de las víctimas, han sido clave en la localización de estos sitios, ante la inacción de las autoridades.
La falta de resultados concretos en el combate a la inseguridad es un reclamo constante de la sociedad. Mientras el gobierno federal presume avances en otros rubros, la violencia y las desapariciones siguen dejando una estela de dolor en comunidades de todo el país, incluida Colima.
Este nuevo descubrimiento también pone en tela de juicio las estrategias de seguridad en el estado. A pesar de los esfuerzos anunciados por las autoridades locales, los hallazgos de fosas clandestinas son una constante, lo que genera desconfianza en la efectividad de las medidas implementadas.
El proceso de identificación de los restos será largo y complejo, según la fiscalía. Las familias de las personas desaparecidas deberán esperar semanas, o incluso meses, para obtener respuestas, en un contexto donde la esperanza de encontrar a sus seres queridos con vida se desvanece con cada nuevo hallazgo.
La crisis de inseguridad en México no discrimina regiones ni estados. Colima, con su alta incidencia de fosas clandestinas, es solo un ejemplo de cómo la violencia se ha arraigado en el país, dejando tras de sí un rastro de víctimas y familias destrozadas.
Mientras las autoridades continúan con las investigaciones, la sociedad exige respuestas y acciones contundentes. Los restos encontrados en estas fosas son un recordatorio de que la paz y la seguridad siguen siendo asignaturas pendientes en un México que no encuentra alivio ante la ola de violencia.

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Seis fosas clandestinas descubiertas en Colima: la violencia no da tregua en México
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