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El Vaticano sume en luto: sellan los apartamentos del papa Francisco tras su muerte

Este lunes, el mundo católico se estremeció con la noticia del fallecimiento del papa Francisco, quien dejó un legado imborrable a sus 88 años. Tras su partida, las autoridades vaticanas procedieron a sellar sus apartamentos, tanto el que ocupaba en la Casa Santa Marta como el del Palacio Apostólico, que nunca usó. Este acto, cargado de simbolismo, marca el inicio de un periodo de transición en la Iglesia Católica.
El ritual del sellado se llevó a cabo con cintas rojas y lacre, asegurando las puertas de ambos lugares. Este procedimiento, dictado por la tradición vaticana, busca proteger los documentos y pertenencias del pontífice fallecido. El cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Santa Sede, encabezó la ceremonia, acompañado por figuras clave como el secretario de Estado, Pietro Parolin, y el arzobispo Edgar Peña Parra.
Francisco, el primer papa latinoamericano, vivió durante sus 12 años de pontificado en el modesto apartamento 201 de la Casa Santa Marta. A diferencia de sus predecesores, rechazó residir en el lujoso Palacio Apostólico, optando por un estilo de vida austero. Su decisión reflejó su compromiso con la humildad, un sello distintivo de su papado.
La muerte del pontífice, causada por un ictus cerebral seguido de un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, fue confirmada por los médicos del Vaticano. El certificado de defunción detalla que Francisco enfrentaba complicaciones de salud, incluyendo neumonía y problemas respiratorios, que lo mantuvieron hospitalizado durante 38 días hasta marzo pasado.
El rito de constatación de la muerte tuvo lugar a las 20:00 horas en la capilla de la Casa Santa Marta. Allí, el cuerpo del papa fue colocado en un féretro, siguiendo las indicaciones que él mismo dejó en vida para simplificar los protocolos funerarios. Su deseo fue ser velado en este espacio íntimo, alejado de la grandeur del Palacio Apostólico.
Francisco también dispuso en su testamento ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor, rompiendo con la tradición de las Grutas Vaticanas. Este lugar, al que tenía gran devoción, será su descanso final en una tumba sencilla, sin adornos, con solo su nombre inscrito. Su elección refleja su cercanía con los fieles y su rechazo a las ostentaciones.
El Anillo del Pescador y los sellos papales serán anulados en los próximos días, un paso crucial para evitar que se firmen documentos en su nombre. Este acto, supervisado por el Colegio Cardenalicio, cierra formalmente su pontificado y prepara el camino para el cónclave que elegirá a su sucesor.
Mientras el Vaticano se organiza para el funeral, previsto entre el viernes y el domingo, el cuerpo de Francisco será expuesto en la basílica de San Pedro a partir del miércoles. Miles de fieles de todo el mundo se preparan para despedir al papa que marcó una era con su mensaje de inclusión, paz y defensa de los más vulnerables.
El periodo de sede vacante ha comenzado, y con él, las reuniones de los cardenales para definir el futuro de la Iglesia. La primera congregación general está programada para este martes, donde se podría anunciar la fecha exacta del funeral y los pasos hacia el cónclave.
La muerte de Francisco deja un vacío en la comunidad católica y en quienes admiraban su liderazgo. Su legado, centrado en la justicia social, el cuidado del medio ambiente y el diálogo interreligioso, seguirá resonando en un mundo que enfrenta grandes desafíos.

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