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El INE tropieza a semanas de la elección judicial: retrasos en materiales clave amenazan el proceso

A menos de un mes y medio de la elección judicial del 1 de junio, el Instituto Nacional Electoral (INE) enfrenta serios problemas para garantizar los materiales e insumos necesarios. La producción de urnas, mamparas, sellos y otros elementos esenciales está rezagada, lo que pone en riesgo la organización de un proceso crucial para elegir jueces, magistrados y ministros.
Según un informe reciente, el INE solo ha alcanzado un 56% de avance en la producción de materiales electorales. Este retraso se debe a complicaciones en las licitaciones y a la falta de cumplimiento de algunos proveedores, lo que ha obligado al instituto a recurrir a adjudicaciones directas para intentar salvar la situación.
La impresión de boletas para la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ya se completó, pero otros materiales indispensables, como las urnas y mamparas, aún no están listos. Este descontrol genera incertidumbre sobre la capacidad del INE para instalar las más de 170 mil casillas previstas en todo el país.
Los problemas no son nuevos. Desde febrero de 2024, el INE enfrentó retrasos en la entrega de uniformes y equipos para capacitadores electorales, lo que ya había encendido las alarmas. En aquel entonces, se rescindieron contratos con empresas como Bell-Krom y Element Telecom por incumplimiento, y ahora la historia parece repetirse.
La consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, ha intentado minimizar la crisis, asegurando que los retrasos no pondrán en riesgo la elección. Sin embargo, las cifras hablan por sí solas: con el tiempo en contra, el instituto está al límite para cumplir con los plazos establecidos.
El recurso a adjudicaciones directas, aunque permitido, ha levantado críticas por la falta de transparencia en la selección de proveedores. Especialistas advierten que esta práctica podría derivar en irregularidades o en la entrega de materiales de baja calidad, afectando la confianza en el proceso.
La elección judicial es un ejercicio inédito en México, y su éxito depende en gran medida de la logística del INE. Con 18 estados participando en la elección concurrente, cualquier falla en la organización podría tener consecuencias graves para la legitimidad de los resultados.
A pesar de las promesas de Taddei, el panorama no es alentador. La presión aumenta conforme se acerca la fecha, y el INE no parece tener un plan claro para resolver los retrasos. La ciudadanía espera respuestas, pero por ahora, solo hay incertidumbre.
Este nuevo tropiezo del INE se suma a las críticas que ya enfrentaba por el manejo de su presupuesto y la organización de procesos anteriores. La pregunta que queda en el aire es si el instituto podrá enderezar el rumbo antes de que sea demasiado tarde.

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