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Iztapalapa se viste de fe y tradición con su Viacrucis, buscando ser Patrimonio de la Humanidad

En el corazón de la Ciudad de México, la alcaldía de Iztapalapa recibió a cerca de dos millones de personas este Viernes Santo para celebrar su emblemático Viacrucis, una tradición de 182 años que busca ser reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
La representación de la Pasión de Cristo, que comenzó en 1843, es mucho más que un evento religioso; es un símbolo de identidad y orgullo para los habitantes de esta demarcación. A pesar de la fama de violencia que rodea a Iztapalapa, los vecinos defienden su legado cultural con pasión.
David Fuelle, un actor con más de 25 años participando en el Viacrucis, expresó el sentir de muchos: Iztapalapa no es solo agresividad y secuestros, sino amor, paz y comunidad. Su mensaje invita a conocer la riqueza cultural de esta tradición.
El evento, que atrae a 1.4 millones de visitantes, se desarrolló sin incidentes gracias a un operativo de seguridad con más de 2,600 elementos, aunque esta cifra es menor que en años anteriores. La jefa de Gobierno, Clara Brugada, destacó la importancia de la festividad y su compromiso para impulsar su candidatura ante la Unesco.
Desde las ocho de la mañana, las calles de Iztapalapa se llenaron de fervor. Miles se congregaron en la plaza Cuitláhuac para presenciar la escena de los 39 latigazos a Jesús, interpretado por actores locales, antes de su ascenso al Cerro de la Estrella, un antiguo templo azteca donde se escenifica la crucifixión.
Turistas de diversas nacionalidades, como el francés Baptiste Guyomard, quedaron impactados por la intensidad de la celebración. Guyomard destacó la profunda fe de los participantes y el contraste con el catolicismo más reservado de su país.
Familias enteras, como la de Angélica Ramírez, acuden año tras año, transmitiendo la tradición a las nuevas generaciones. Para ellos, el Viacrucis es un momento de unión y reflexión que trasciende las dificultades de la zona.
En 2023, el Instituto Nacional de Antropología e Historia reconoció esta representación como Patrimonio Cultural Inmaterial de México, un paso clave hacia la postulación internacional. Los habitantes confían en que la gestión de Brugada llevará esta tradición al reconocimiento mundial.
La alcaldía más poblada de la capital mexicana demuestra con su Viacrucis que su historia y cultura son más fuertes que los estigmas. Iztapalapa se alza como un ejemplo de resiliencia y devoción, buscando un lugar en la historia universal.

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