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Autoridades descubren cinco toneladas de mercurio ilegal ocultas en el puerto de Manzanillo

Un cargamento de cinco toneladas de mercurio, una sustancia altamente tóxica, fue interceptado en el puerto de Manzanillo, Colima, en un operativo conjunto que expone las fallas en la seguridad portuaria.
La Secretaría de Marina, junto con la Agencia Nacional de Aduanas de México, detectó el material peligroso escondido en 240 cubetas de pintura acrílica, listo para ser exportado ilegalmente a Sudamérica.
El mercurio, valuado en más de 49 millones de pesos, carecía de los permisos requeridos por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios y la Secretaría de Medio Ambiente, evidenciando un esquema delictivo que pone en riesgo la salud pública.
Este decomiso ocurre apenas cuatro meses después de que se aseguraran tres toneladas de mercurio en el mismo puerto, lo que levanta alertas sobre la recurrencia de estas actividades ilícitas en una de las principales puertas marítimas del país.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente confirmó que el mercurio no declarado viola el Convenio de Minamata, un tratado internacional que regula esta sustancia por su impacto ambiental y en la salud humana.
Las autoridades han iniciado una investigación para identificar a los responsables de este intento de contrabando, mientras el cargamento permanece bajo resguardo para su disposición final.
El tráfico ilegal de mercurio puede acarrear penas de uno a nueve años de prisión y multas de hasta tres mil días de salario mínimo, según el Código Penal Federal, pero la pregunta sigue siendo: ¿quién permite que estos cargamentos lleguen tan lejos?
Este nuevo caso en Manzanillo pone en evidencia la vulnerabilidad de los puertos mexicanos frente al crimen organizado, que no solo trafica drogas, sino también sustancias peligrosas como el mercurio.
La falta de controles efectivos en los puertos y la aparente facilidad con la que se mueven materiales tóxicos generan preocupación sobre la seguridad nacional y la protección del medio ambiente.
Mientras las autoridades presumen el decomiso, la ciudadanía se pregunta si habrá consecuencias reales para los responsables o si, como en otros casos, este incidente quedará en el olvido.

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