En la madrugada del 17 de abril, un macabro hallazgo conmocionó a los habitantes de Tenancingo, Tlaxcala. Dos cuerpos calcinados fueron localizados a un costado de la Vía Corta Santa Ana–Puebla, cerca de un taller mecánico. La escena, reportada por ciudadanos, dejó en evidencia la crudeza de la inseguridad que azota la región.
La Policía Municipal acudió al lugar tras recibir el reporte y confirmó la presencia de los restos. Según las primeras investigaciones, uno de los cuerpos pertenecería a un hombre de aproximadamente 35 años, mientras que el segundo podría ser un menor de edad, posiblemente de 10 años. La incertidumbre sobre las identidades añade un tono aún más sombrío al caso.
Agentes de la Policía de Investigación y peritos del Instituto de Ciencias Forenses se trasladaron al sitio para realizar el levantamiento de los cuerpos. Los restos fueron trasladados para estudios forenses que permitan determinar no solo las identidades, sino también las causas exactas de la muerte. La falta de información oficial alimenta la preocupación entre los habitantes.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Tlaxcala ha iniciado una carpeta de investigación para esclarecer los hechos. Sin embargo, hasta el momento, las autoridades no han proporcionado detalles adicionales sobre el caso. Esta opacidad contribuye a la percepción de descontrol en materia de seguridad en la entidad.
Este incidente se suma a una ola de violencia que parece no dar tregua en Tlaxcala y otras regiones del país. En los últimos meses, reportes de cuerpos abandonados, ejecuciones y desapariciones han incrementado la alarma entre la población. Tenancingo, en particular, ha sido escenario de varios episodios violentos que han marcado a la comunidad.
La falta de una estrategia clara por parte del gobierno estatal para frenar esta escalada de inseguridad es un tema recurrente entre los ciudadanos. Mientras las autoridades locales y estatales prometen resultados, los hechos como el de esta madrugada muestran una realidad que dista mucho de las promesas oficiales.
Organizaciones civiles y familiares de víctimas han exigido en repetidas ocasiones mayor acción para combatir la delincuencia. La localización de cuerpos en carreteras y caminos rurales se ha convertido en una constante que refleja el desafío que enfrentan las autoridades en materia de seguridad pública.
El hallazgo en Tenancingo no solo pone en el reflector la situación de Tlaxcala, sino que también aviva el debate sobre la efectividad de las políticas de seguridad a nivel nacional. La ciudadanía espera respuestas concretas y medidas que devuelvan la tranquilidad a las comunidades afectadas por la violencia.

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Encuentran dos cuerpos calcinados en Tenancingo, Tlaxcala, en un nuevo capítulo de violencia que sacude al país
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