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China acusa a Estados Unidos de actuar con irracionalidad tras aranceles de hasta 245% a sus exportaciones

El gobierno de China ha alzado la voz contra las políticas comerciales de Estados Unidos, calificándolas de irracionales y desproporcionadas. En una declaración reciente, el Ministerio de Comercio chino señaló que los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, que alcanzan hasta un 245% sobre las exportaciones chinas, representan una escalada sin precedentes en la guerra comercial entre ambas naciones.
La medida de Trump incluye un arancel acumulativo que afecta a una amplia gama de productos chinos, desde electrónicos hasta textiles. Este nuevo gravamen se suma a los aranceles previos, lo que eleva significativamente los costos para los importadores estadounidenses y, en última instancia, para los consumidores. Según expertos, esta política podría encarecer productos básicos en Estados Unidos, afectando el poder adquisitivo de las familias.
China no se ha quedado de brazos cruzados. En respuesta, el gobierno de Pekín ha implementado aranceles recíprocos del 34% a todas las importaciones estadounidenses, además de restringir la exportación de tierras raras, materiales esenciales para la fabricación de tecnologías avanzadas como baterías y semiconductores. Esta represalia ha intensificado las tensiones entre las dos mayores economías del mundo.
El Ministerio de Comercio chino acusó a Estados Unidos de practicar una “intimidación unilateral” que no solo perjudica a China, sino que también amenaza la estabilidad económica global. En un comunicado, instaron a Washington a reconsiderar estas medidas y buscar soluciones a través del diálogo, aunque dejaron claro que están preparados para “pelear hasta el final” si la situación no cambia.
Los mercados financieros han reaccionado con nerviosismo. Las bolsas de Asia, Europa y Wall Street han registrado caídas significativas, con pérdidas que no se veían desde la crisis del 2020. El índice S&P 500 ha perdido más del 10% en pocos días, mientras que el Dow Jones experimentó su mayor oscilación diaria en la historia, reflejando la incertidumbre ante una posible recesión global.
Trump, por su parte, ha defendido su estrategia, argumentando que los aranceles son necesarios para corregir desequilibrios comerciales históricos. En un mensaje en su red social, Truth Social, el presidente afirmó que China y otros países han “abusado” de Estados Unidos durante décadas, y que estas medidas buscan proteger la economía estadounidense y generar ingresos millonarios.
Sin embargo, analistas advierten que el impacto de esta guerra comercial no se limita a China y Estados Unidos. Países con fuertes lazos comerciales con ambas naciones, como México y Canadá, podrían enfrentar repercusiones económicas. En particular, la industria automotriz, altamente dependiente de componentes chinos, podría ver un aumento en los costos de producción.
La Unión Europea también ha expresado su preocupación, calificando los aranceles de Trump como “injustificados”. Líderes europeos han señalado que estas medidas podrían desencadenar una carrera proteccionista que afecte el comercio global. Por ahora, Bruselas evalúa posibles contramedidas para proteger sus exportaciones a Estados Unidos.
En medio de este panorama, las negociaciones entre Washington y Pekín parecen estancadas. Trump ha cancelado todas las conversaciones previstas con China, mientras que el presidente chino, Xi Jinping, no ha respondido directamente a las provocaciones. La falta de diálogo agrava el riesgo de una escalada comercial que podría tener consecuencias duraderas.
A medida que la guerra comercial se intensifica, el mundo observa con atención. Las decisiones de ambos líderes no solo definirán el rumbo de sus economías, sino que también podrían redibujar las dinámicas del comercio internacional en los próximos años.

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