El mundo de la Fórmula 1 podría estar a punto de presenciar un nuevo capítulo con la posible llegada de Arabia Saudita como propietario de un equipo. Según recientes declaraciones, el país árabe está considerando seriamente adquirir una escudería para fortalecer su presencia en el automovilismo de élite.
El príncipe Khalid bin Sultan Al-Abdullah Al-Faisal, presidente de la Federación Saudí de Automovilismo y Motociclismo, ha expresado un interés claro en esta ambiciosa idea. Durante un encuentro con medios internacionales, el príncipe señaló que la Fórmula 1 está creciendo y abriendo nuevos mercados, lo que representa una oportunidad atractiva para inversionistas.
Arabia Saudita ya tiene una relación consolidada con el automovilismo. El país organiza el Gran Premio de Arabia Saudita en el circuito de Yeda y cuenta con patrocinios importantes, como Aramco y Maaden, que respaldan al equipo Aston Martin. Además, el Fondo de Inversión Pública saudí colabora con la Fórmula E.
El proyecto no se detiene en la posible compra de un equipo. Arabia Saudita también está construyendo un nuevo circuito en Qiddiya, una ciudad futurista que podría reemplazar a Yeda como sede del Gran Premio en el futuro. Este circuito promete ser una instalación de vanguardia, diseñada para elevar la experiencia de pilotos y espectadores.
Sin embargo, adquirir un equipo de Fórmula 1 no es una tarea sencilla. El príncipe Khalid reconoció que sería un paso complicado, ya que requiere elegir cuidadosamente la escudería adecuada, establecer alianzas estratégicas y contar con una gestión eficiente para garantizar el éxito deportivo y financiero.
El interés saudí también incluye ambiciones en el calendario de la Fórmula 1. Aunque el Gran Premio de Arabia Saudita se trasladó al inicio de la temporada 2025 para evitar coincidir con el Ramadán, el país aspira a convertirse en la carrera inaugural del campeonato, lo que aumentaría su visibilidad global.
La inversión en el automovilismo forma parte de una estrategia más amplia de Arabia Saudita para posicionarse como un centro global de deportes. Además de la Fórmula 1, el país acoge eventos como el Rally Dakar y ha expresado su deseo de expandir su influencia en otras categorías del motorsport.
Este movimiento ha generado opiniones divididas. Mientras algunos ven la entrada de Arabia Saudita como una oportunidad para inyectar recursos frescos a la Fórmula 1, otros advierten sobre los desafíos de integrar un nuevo equipo en un deporte altamente competitivo y dominado por escuderías históricas.
Por ahora, no se han revelado detalles específicos sobre qué equipo podría ser adquirido o cuándo se concretaría el proyecto. Sin embargo, las declaraciones del príncipe Khalid dejan claro que Arabia Saudita está decidida a dejar una huella imborrable en la Fórmula 1.
El automovilismo mundial observa con atención los próximos pasos de este gigante del Golfo, que busca no solo competir, sino redefinir su papel en el escenario global de la velocidad.