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El miedo se apodera de migrantes en EE.UU.: ¿Pagar impuestos los condena a la deportación?

En Estados Unidos, la comunidad migrante vive momentos de incertidumbre. Una nueva política podría poner en riesgo a miles de indocumentados que cumplen con sus obligaciones fiscales. La posibilidad de que el Servicio de Impuestos Internos comparta datos con las autoridades migratorias ha encendido las alarmas.
El acuerdo entre el IRS y el Departamento de Seguridad Nacional busca identificar a personas con órdenes de deportación o bajo investigación criminal. Esto incluye a quienes no han abandonado el país, un delito que podría ser suficiente para iniciar un proceso de expulsión.
Organizaciones defensoras de los derechos migrantes han levantado la voz. Argumentan que esta medida no solo amenaza la privacidad de los contribuyentes, sino que podría desalentar a los indocumentados a declarar impuestos. El temor es que cumplir con la ley se convierta en un boleto directo a la deportación.
Críticos de la administración actual señalan que esta estrategia forma parte de un plan más amplio. Las deportaciones masivas prometidas por el gobierno de Donald Trump están tomando forma, y los datos fiscales podrían ser una herramienta clave para localizar a los indocumentados.
El impacto ya se siente. En ciudades como Chicago y Nueva York, muchos migrantes han reducido sus visitas a contadores. La confianza en el sistema fiscal se tambalea, y algunos prefieren arriesgarse a no declarar antes que exponer su información personal.
Abogados especializados advierten sobre las consecuencias legales. Sin una orden judicial, el intercambio de datos podría violar derechos fundamentales. Sin embargo, las autoridades insisten en que el objetivo es enfocarse en quienes representan una amenaza para la seguridad pública.
La comunidad migrante se encuentra en una encrucijada. Por un lado, pagar impuestos es una forma de demostrar su contribución a la economía. Por otro, esta misma acción podría ponerlos en la mira de las autoridades migratorias, generando un clima de desconfianza.
Mientras tanto, el plazo para presentar declaraciones fiscales se acerca. El 15 de abril marca el límite para millones de contribuyentes, pero para los indocumentados, la fecha también representa una decisión crítica: cumplir con la ley o proteger su estatus en el país.
La situación sigue evolucionando. Las protestas de activistas y las demandas legales intentan frenar esta política, pero el futuro permanece incierto para millones de migrantes que solo buscan una vida mejor.

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