El Banco Central de Libia ha devaluado el dinar en un 13%, una medida que busca estabilizar la economía del país, golpeada por la caída de los ingresos petroleros.
Esta decisión responde a un déficit de 4,600 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, mientras los gastos de los dos gobiernos rivales superan los ingresos por el petróleo.
Como consecuencia, los precios de alimentos y productos esenciales se han disparado, afectando directamente a la población.
La situación económica se agrava por la división política en Libia, que complica aún más la gestión de los recursos y la estabilidad financiera.