Cinco escuelas en Acapulco han cerrado sus puertas o cambiado a clases virtuales ante una escalada de violencia que tiene a la ciudad en jaque. Asesinatos, incendios de negocios y un clima de miedo han obligado a tomar esta medida drástica.
Todo comenzó con hechos violentos en los Barrios Históricos, donde tres personas fueron asesinadas brutalmente: un taxista y dos trabajadores de una tortillería. Además, una tienda fue quemada, dejando claro que la delincuencia no tiene límites.
Dos preescolares y un bachillerato adelantaron las vacaciones de Semana Santa desde el lunes, mientras que una primaria y una secundaria apenas pudieron mantener clases hasta este miércoles, con casi ningún alumno presente por el temor que reina en las calles.
La inseguridad también golpea los servicios básicos. Las autoridades del agua potable reportan que 40 tanques de almacenamiento están paralizados porque los trabajadores temen ser atrapados en un tiroteo. Barrios enteros se quedan sin agua mientras el gobierno brilla por su ausencia.
Las protestas y bloqueos de los habitantes no se han hecho esperar, exigiendo seguridad en un puerto que se hunde en el caos. Guerrero, con 762 asesinatos en los últimos seis meses, es el sexto estado más violento del país, y Acapulco paga las consecuencias de la ineptitud oficial.