La relación entre México y Estados Unidos vuelve a tambalearse. Este lunes 31 de marzo, el canciller Juan Ramón de la Fuente sostuvo una llamada telefónica con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en medio de la amenaza de nuevos aranceles que el gobierno de Donald Trump planea imponer a los automóviles mexicanos.
El tono de la conversación, según el gobierno mexicano, fue de “coordinación y cooperación”, pero no hay duda de que el tema pone en jaque la estabilidad económica del país. Rubio insistió en proteger la industria automotriz estadounidense, mientras De la Fuente defendió el T-MEC como pilar de la relación comercial entre ambas naciones.
La llamada no solo tocó el tema de los aranceles. También se habló del combate al tráfico de fentanilo, un punto que Trump ha usado como pretexto para presionar a México con medidas económicas duras. El despliegue de la Guardia Nacional y los decomisos de droga fueron destacados, pero el trasfondo es claro: el gobierno de Claudia Sheinbaum enfrenta un ultimátum disfrazado de diálogo.
Este nuevo capítulo en las negociaciones bilaterales llega a solo dos días de que venza el plazo acordado entre Sheinbaum y Trump para evitar los gravámenes. La presión crece y, mientras el gobierno mexicano busca respuestas, la industria automotriz y miles de empleos penden de un hilo.

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Marco Rubio y Juan Ramón de la Fuente entablan llamada sobre los aranceles a los automóviles
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