A partir del 29 de marzo, las escuelas del Estado de México dejaron de vender comida chatarra como parte de la estrategia “Vive Saludable, Vive Feliz”. Esta medida, impulsada por la Secretaría de Educación Pública, busca combatir la obesidad infantil y promover hábitos alimenticios más sanos entre los estudiantes.
Sin embargo, los niños no están contentos con el cambio. Muchos extrañan sus frituras, dulces y refrescos, y han expresado su descontento diciendo que “ya no venden cosas chidas”. La prohibición incluye productos ultraprocesados con sellos de advertencia, reemplazados ahora por opciones como frutas, verduras y agua natural.
Padres de familia han tenido que adaptarse también. Algunos recibieron cuestionarios y avisos previos a través de grupos de WhatsApp para ajustar los menús de las loncheras. Una madre compartió que ahora envía ensaladas y agua de limón con chía, aunque reconoce que el cambio no es fácil para los pequeños.
Además de la comida, las escuelas han implementado jornadas de ejercicio. Los estudiantes salen al patio durante 20 minutos para realizar actividad física, sumada a las clases regulares de educación física, como parte de un enfoque más amplio hacia la salud.
La transición ha sido gradual. Desde hace semanas, algunas familias ya seguían las nuevas reglas, pero la nostalgia por los snacks sigue presente entre los niños, quienes ven el recreo como un momento menos divertido sin sus golosinas favoritas.

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Niños inconformes con la prohibición de comida chatarra en escuelas del Edomex
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