El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha decidido apartarse temporalmente de su cargo para enfocarse de lleno en su campaña electoral rumbo a las elecciones del 13 de abril de 2025. En un comunicado enviado al Consejo Nacional Electoral, informó que desde el 30 de marzo hasta el 10 de abril se dedicará a actividades proselitistas, dejando la presidencia en manos de Cynthia Gellibert, designada por él como vicepresidenta interina.
La decisión de Noboa se basa en su interpretación de que esta candidatura no cuenta como una reelección, ya que asumió el poder en 2023 tras elecciones extraordinarias para completar el periodo de Guillermo Lasso. Argumenta que no está obligado a solicitar una licencia formal a la Asamblea Nacional, un paso que la ley exige a quienes buscan mantenerse en el mismo cargo de manera inmediata.
Esta maniobra ha generado debate, pues la Constitución ecuatoriana establece que, en caso de ausencia temporal, el vicepresidente electo debería asumir el mando. Sin embargo, Noboa mantiene una relación rota con Verónica Abad, su vicepresidenta original, quien fue suspendida de sus derechos políticos por dos años tras un fallo del Tribunal Contencioso Electoral.
Durante su ausencia, Noboa ha delegado el Ejecutivo a Gellibert, una figura de su confianza, evitando así ceder el control a Abad o depender de la aprobación del Parlamento, dominado por la oposición correísta. El mandatario insiste en que esta medida le permite separar sus roles de presidente y candidato, aunque críticos señalan que podría rozar los límites legales.
El anuncio se produce en un contexto electoral intenso, con Noboa enfrentando a Luisa González, candidata de la alianza Revolución Ciudadana y Renovación Total, en la segunda vuelta. Mientras tanto, Ecuador sigue bajo un estado de excepción por la creciente violencia ligada al narcotráfico, lo que añade presión a su gestión y campaña.