El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene preparado un gran anuncio para el próximo 2 de abril. En un evento que se llevará a cabo en la Rosaleda de la Casa Blanca, acompañado de todo su gabinete, revelará una nueva serie de aranceles que promete sacudir el comercio internacional.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, adelantó que el mandatario bautizó esa fecha como el “Día de la Liberación”. Según Trump, estas medidas buscan poner fin a las prácticas comerciales que considera injustas y que, a su juicio, han perjudicado a Estados Unidos durante décadas.
El plan incluye “aranceles recíprocos” dirigidos a países que, desde la perspectiva de Washington, imponen barreras a los productos y servicios estadounidenses. Aunque no se especificaron las naciones afectadas, se espera que la Unión Europea esté en la mira, lo que podría tensar aún más las relaciones comerciales.
Leavitt destacó que el anuncio se centrará en “aranceles basados en países”, pero mantuvo en reserva los detalles sobre las naciones o regiones específicas que se verán impactadas. También dejó claro que, por ahora, no habrá exenciones en esta política.
El martes 1 de abril, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, entregará a Trump un informe clave. Este documento detalla las barreras comerciales y fiscales, como el IVA europeo, que otros países aplican a los productos estadounidenses, sirviendo de base para justificar los nuevos aranceles.
La estrategia de Trump sigue un principio simple: “Si ellos nos cobran, nosotros les cobramos”. Con esto, busca equilibrar la balanza comercial y fomentar la producción nacional, aunque algunos expertos advierten que podría elevar los precios para los consumidores.
El mismo 2 de abril también entrarán en vigor aranceles del 25% a todos los autos importados a Estados Unidos. Sin embargo, para suavizar el impacto en la industria automotriz, las piezas fabricadas en México y Canadá tendrán una exención temporal, lo que refleja cierta flexibilidad en la aplicación de las medidas.