El exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, enfrenta un nuevo escándalo tras ser acusado de simular un cuadro psicótico antes de su juicio por presunto peculado. Según un informe psiquiátrico, Glas padece depresión grave, pero la especialista Ángela Salazar determinó que las supuestas alucinaciones del exfuncionario son inconsistentes y sugieren un intento deliberado de engañar a las autoridades judiciales.
El juicio, que comenzó este martes en la Corte Nacional de Justicia en Quito, está relacionado con el caso Reconstrucción de Manabí. La Fiscalía acusa a Glas y a Carlos Bernal, exsecretario del Comité de Reconstrucción, de malversar 225 millones de dólares destinados a la recuperación de las zonas afectadas por el terremoto de 2016. Ambos habrían priorizado proyectos que no respondían a las necesidades reales de la población.
El informe psiquiátrico, solicitado por la defensa de Glas, buscaba declarar al exvicepresidente inimputable por trastornos mentales y lograr su traslado a un hospital psiquiátrico. Sin embargo, la perito Salazar señaló que, aunque Glas muestra síntomas de depresión y ansiedad, sus funciones cognitivas están intactas. La especialista destacó que el exfuncionario no presenta un cuadro psicótico genuino y que su comportamiento sugiere una simulación consciente.
Glas, quien ya cumple condenas por corrupción en casos previos, fue trasladado desde la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, hasta Quito para asistir a la audiencia. Su defensa intentó que participara de forma virtual, pero el tribunal lo rechazó. La presencia de ambulancias en los exteriores de la corte evidencia la atención médica que Glas podría requerir durante el proceso.
El caso Reconstrucción de Manabí ha generado controversia en Ecuador. La Fiscalía sostiene que Glas y Bernal, como líderes del comité encargado de la reconstrucción tras el devastador terremoto, desviaron fondos públicos para beneficiar proyectos no prioritarios. Este nuevo juicio se suma a las condenas previas de Glas por asociación ilícita en 2017 y cohecho en 2020.
El informe psiquiátrico también reveló que Glas enfrenta un riesgo elevado de suicidio, atribuido a las condiciones de su reclusión y a eventos traumáticos vividos en prisión, como las masacres carcelarias. Sin embargo, expertos legales señalan que este diagnóstico no lo exime de responsabilidad, ya que los delitos que se le imputan ocurrieron cuando estaba en pleno uso de sus facultades mentales.
La defensa de Glas insiste en que el exvicepresidente es víctima de una persecución política. Alegan que las acusaciones son parte de una campaña para desacreditar a figuras cercanas al expresidente Rafael Correa. No obstante, el fiscal general subrogante, Wilson Toainga, presentó pruebas que, según él, demuestran el perjuicio millonario al Estado ecuatoriano.
El juicio, que se desarrolla en un contexto de alta tensión política, ha atraído la atención de la opinión pública. Simpatizantes de Glas se manifestaron frente a la Corte Nacional de Justicia, exigiendo su liberación. Mientras tanto, el proceso continúa, y el tribunal deberá determinar si las pruebas presentadas son suficientes para una nueva condena.
Este caso también ha reavivado el debate sobre la situación de las cárceles en Ecuador. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha advertido sobre el impacto de las condiciones de reclusión en la salud mental de Glas, lo que podría influir en futuras decisiones judiciales. Por ahora, el exvicepresidente enfrenta un panorama complicado en su tercer proceso por corrupción.

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Exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas finge problemas mentales antes de juicio por corrupción
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