La noche del 16 de junio de 2025, cinco músicos del grupo Los Juniors de Monterrey y su chofer desaparecieron tras presentarse en el bar La Kaprishosa, en la colonia Buenos Aires, al sur de Monterrey. El hecho ha generado una ola de indignación y miedo entre los ciudadanos, que exigen respuestas y acciones concretas ante la creciente violencia en la región.
El grupo, conocido por su música norteña, salió del bar rumbo a General Terán para un evento privado. Viajaban en una camioneta Suburban blanca con placas de Guerrero, pero nunca llegaron a su destino. Su última ubicación conocida fue en la carretera libre a China, cerca de San Juan, en Cadereyta, un tramo conocido por su peligrosidad.
Horas antes de su desaparición, los músicos compartieron videos en redes sociales, mostrando momentos de su presentación y el ambiente relajado en el bar. Sin embargo, un último video, subido a las 3:00 de la madrugada, mostraba a algunos integrantes en un tramo desolado de la carretera, lo que encendió las alarmas de sus familiares.
La Fiscalía de Nuevo León actuó rápidamente, emitiendo fichas de búsqueda para los cinco músicos y el chofer. La presión de las familias y la atención mediática obligaron a las autoridades a desplegar un operativo de búsqueda, mientras la ciudadanía señalaba la falta de seguridad en las carreteras del estado.
Afortunadamente, el 17 de junio, el gobernador Samuel García anunció que los integrantes de Los Juniors de Monterrey fueron localizados con vida y estaban con sus familias. Sin embargo, algunos de ellos presentaban golpes visibles, y uno tenía dificultades para caminar, lo que sugiere que pudieron haber sido víctimas de un acto delictivo.
Este caso no es isolado. Hace apenas unas semanas, los músicos del Grupo Fugitivo fueron asesinados tras desaparecer en Tamaulipas, un hecho que ha puesto en alerta al gremio musical. La repetición de estos incidentes ha generado críticas hacia las autoridades por su incapacidad para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Familiares de los músicos han cuestionado la falta de acción contra la delincuencia organizada, que parece actuar con impunidad en Nuevo León. La sociedad civil se suma a este reclamo, exigiendo medidas urgentes para reforzar la vigilancia en carreteras y proteger a quienes trabajan en eventos nocturnos.
La desaparición de Los Juniors de Monterrey ha destapado, una vez más, la grave crisis de inseguridad que atraviesa el estado. Mientras las autoridades celebran la localización de los músicos, la ciudadanía se pregunta cuánto tiempo más deberá vivir con miedo ante la violencia descontrolada.
Las investigaciones continúan para esclarecer qué pasó durante las horas en que el grupo estuvo incomunicado. Por ahora, no hay detalles oficiales sobre si fueron retenidos o las circunstancias exactas de su liberación, lo que alimenta la incertidumbre y la desconfianza hacia las instituciones.
Este nuevo episodio de violencia pone en evidencia la urgencia de estrategias efectivas para combatir el crimen en Nuevo León. La sociedad espera respuestas y, sobre todo, acciones que devuelvan la tranquilidad a las calles y carreteras del estado.