Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.

El G7 en crisis: Rusia y Trump coinciden en un error histórico

La cumbre del G7 en Canadá, que reunió a los líderes de las economías más poderosas del mundo, se vio opacada por tensiones internas y una sorprendente declaración del presidente estadounidense, Donald Trump. En un giro inesperado, Trump afirmó que la expulsión de Rusia del grupo, ocurrida en 2014 tras la anexión de Crimea, fue un grave error estratégico. Sus palabras resonaron en Moscú, donde el Kremlin no tardó en respaldar la postura del mandatario.
El G7, compuesto por Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, buscaba proyectar unidad frente a los conflictos en Ucrania y Medio Oriente. Sin embargo, las declaraciones de Trump rompieron con el consenso del grupo. El presidente estadounidense argumentó que mantener a Rusia en la mesa de negociaciones habría evitado la guerra en Ucrania, una idea que generó incomodidad entre sus aliados europeos.
Rusia, por su parte, aprovechó la oportunidad para reforzar su narrativa. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que la exclusión del país del entonces G8 fue un movimiento que debilitó la capacidad del grupo para resolver crisis globales. Esta coincidencia entre Trump y Rusia ha avivado las especulaciones sobre un posible acercamiento entre Washington y Moscú.
La cumbre también se vio marcada por la abrupta salida de Trump, quien abandonó las discusiones para atender la escalada bélica entre Israel e Irán. Su decisión no solo canceló una esperada reunión con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, sino que dejó al G7 sin un cierre claro. Los líderes europeos intentaron salvar la situación con borradores de comunicados, pero la falta de apoyo estadounidense frenó cualquier acuerdo significativo.
La postura de Trump ha generado críticas en el seno del G7. Líderes como el primer ministro canadiense, Mark Carney, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, defendieron la exclusión de Rusia, argumentando que el país no comparte los valores democráticos del grupo. Sin embargo, la insistencia de Trump en reintegrar a Moscú pone en duda la cohesión del bloque.
El contexto global no ayudó a calmar las aguas. La intensificación de los ataques rusos en Ucrania y el intercambio de misiles entre Israel e Irán dominaron las discusiones, dejando poco espacio para otros temas como migración o inteligencia artificial. La ausencia de un comunicado conjunto, algo inusual en estas cumbres, reflejó la falta de dirección del G7.
Para Rusia, las palabras de Trump son un triunfo diplomático. Aunque el Kremlin no espera una reintegración inmediata, la declaración del presidente estadounidense valida su argumento de que el G7 ha perdido relevancia sin su presencia. Analistas internacionales advierten que esta postura podría alentar a Moscú a endurecer su posición en Ucrania.
La cumbre de Kananaskis, que prometía ser un momento de liderazgo global, terminó en un ambiente de incertidumbre. Las divisiones internas y la inesperada sintonía entre Trump y Rusia han dejado al G7 debilitado, justo cuando el mundo enfrenta múltiples crisis. El futuro del grupo, y su capacidad para influir en la geopolítica, queda ahora en entredicho.

Compartir:

Noticias Relacionadas