La presidenta Claudia Sheinbaum aterrizó en Calgary, Canadá, para participar en la Cumbre del G7, un evento que reúne a las potencias económicas del mundo. México, invitado especial por el primer ministro canadiense Mark Carney, busca tener voz en temas globales, pero su presencia no está exenta de controversias.
Sheinbaum viajó en un vuelo comercial, con escala en Vancouver, y fue recibida por un grupo de mexicanos en el aeropuerto. Algunos le pidieron no olvidarse de estados como Oaxaca, mientras la mandataria se dirigía al hotel Sheraton Suites para iniciar su agenda con un encuentro con el Consejo Empresarial de Canadá.
La cumbre, que se celebra en Kananaskis, Alberta, arrancará con una fotografía oficial y una reunión trilateral con el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Estos encuentros buscan posicionar a México en discusiones sobre comercio, migración y cambio climático, pero ¿logrará Sheinbaum destacar en un foro dominado por las grandes potencias?
Uno de los momentos más esperados era la reunión con el presidente estadounidense Donald Trump, programada para el martes. Sin embargo, Trump abandonó la cumbre abruptamente debido al conflicto entre Israel e Irán, dejando en el aire las discusiones sobre migración, aranceles y el T-MEC. Este imprevisto pone en duda la capacidad de Sheinbaum para negociar temas clave con Estados Unidos.
La presidenta también tiene agendados encuentros con el primer ministro de India, Narendra Modi, y el canciller alemán, Friedrich Merz. Estos diálogos bilaterales son una oportunidad para fortalecer lazos comerciales, pero críticos señalan que México podría quedar relegado a un papel secundario en las decisiones globales.
En la plenaria del G7, Sheinbaum abordará temas como seguridad global, cooperación económica y crisis climática. Sin embargo, en México persisten dudas sobre cómo estos compromisos internacionales se traducirán en beneficios tangibles para el país, especialmente en un contexto de inseguridad y retos económicos.
La participación de Sheinbaum en el G7 es su tercera salida al extranjero desde que asumió la presidencia en octubre de 2024. Antes asistió al G20 en Brasil y a la Cumbre de la CELAC en Honduras. Sus viajes buscan proyectar a México como un actor relevante, pero en casa muchos cuestionan si estas giras son prioritarias frente a los problemas internos.
Acompañada por funcionarios como el canciller Juan Ramón de la Fuente y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, Sheinbaum intentará consolidar la presencia de México en el escenario global. No obstante, el reto es enorme: ¿podrá el gobierno de Morena aprovechar esta plataforma o será solo una aparición más en la diplomacia internacional?