El potencial ciclón tropical Cinco-E, que podría convertirse en el huracán Erick, mantiene en vilo a las autoridades mexicanas. Este fenómeno, que evolucionó a depresión tropical la noche del lunes, se localiza a 495 kilómetros al sur-sureste de Boca de Pijijiapan, Chiapas, y a 860 kilómetros al sureste de Punta Maldonado, Guerrero. Su trayectoria pone en riesgo las costas de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, donde el gobierno federal ha desplegado acciones preventivas para enfrentar los posibles estragos.
Por órdenes de la presidenta Claudia Sheinbaum, la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana han enviado una Misión de Enlace y Coordinación a Oaxaca. Esta medida busca garantizar una respuesta rápida ante las lluvias intensas, fuertes vientos y oleaje elevado que se esperan en la región. Sin embargo, la efectividad de estas acciones está por verse, dado el historial de respuestas tardías en desastres naturales.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pronostica que el sistema se intensificará a tormenta tropical entre la noche del lunes y la madrugada del martes, y podría alcanzar la categoría de huracán el miércoles 18 de junio. Las autoridades han establecido una zona de vigilancia por efectos de huracán desde Punta Maldonado, Guerrero, hasta Bahías de Huatulco, Oaxaca, y por tormenta tropical desde Bahías de Huatulco hasta Salina Cruz, Oaxaca.
Las lluvias pronosticadas podrían alcanzar hasta 150 milímetros en Oaxaca y Chiapas, con vientos de hasta 60 kilómetros por hora y oleaje de hasta 2.5 metros. Estas condiciones representan un riesgo significativo de deslaves, crecidas de ríos e inundaciones en zonas bajas. La población de estas áreas enfrenta una amenaza seria, y la preparación será clave para evitar tragedias.
La CNPC ha exhortado a la población a tomar precauciones, como evitar cruzar ríos o zonas inundadas, preparar un plan familiar de protección civil y mantenerse informada por fuentes oficiales. También se recomienda contar con una mochila de emergencia. Sin embargo, en comunidades vulnerables, la falta de recursos y la poca claridad en la comunicación oficial podrían complicar el cumplimiento de estas recomendaciones.
El operativo cuenta con el respaldo de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional, quienes buscan proteger la vida y el patrimonio de las comunidades en riesgo. A pesar de estas medidas, persisten dudas sobre la capacidad del gobierno para coordinar una respuesta efectiva, especialmente tras los antecedentes de huracanes como Otis en 2023 y John en 2024, que dejaron severos daños en la región.
La temporada de huracanes 2025, que inició el 15 de mayo, ya ha visto la formación de la tormenta tropical Alvin, y se espera que hasta 37 ciclones con nombre se formen en los océanos Atlántico y Pacífico. De estos, cinco podrían impactar México, lo que subraya la urgencia de mejorar la infraestructura meteorológica y los sistemas de alerta en estados como Guerrero y Chiapas, donde la cobertura de radares es insuficiente.
Mientras el potencial huracán Erick avanza, la población de las costas del Pacífico debe permanecer atenta. Las autoridades han prometido una respuesta centrada en la seguridad, pero la historia reciente de desastres naturales en México genera escepticismo sobre su capacidad para actuar a tiempo. Las próximas horas serán cruciales para determinar el impacto de este fenómeno.