En un nuevo golpe al narcotráfico en Chihuahua, autoridades estatales lograron el decomiso de 40 mil dosis de metanfetamina en un cateo realizado en la colonia Praderas del Sur. La operación, llevada a cabo el pasado 13 de junio, expone una vez más la magnitud del problema de las drogas en el estado.
El operativo fue ejecutado por elementos de la Agencia Estatal de Investigación, quienes irrumpieron en un domicilio ubicado en la calle Praderas de Sudán. En el lugar, no solo se encontraron las miles de dosis de la droga conocida como “cristal”, sino también equipo para su distribución.
Según la Fiscalía General del Estado, el aseguramiento se logró tras semanas de investigación y seguimiento. La metanfetamina decomisada tiene un valor estimado en el mercado negro de varios millones de pesos, lo que representa un duro golpe a las redes de narcomenudeo en la región.
Durante el cateo, las autoridades detuvieron a dos personas, cuya identidad no ha sido revelada. Los sospechosos fueron puestos a disposición del Ministerio Público, donde enfrentarán cargos por delitos contra la salud. Sin embargo, este tipo de detenciones parecen no frenar la ola de inseguridad que azota Chihuahua.
La colonia Praderas del Sur, al igual que otras zonas de Chihuahua, ha sido escenario constante de violencia ligada al narcotráfico. Vecinos reportan un aumento en tiroteos y actividades sospechosas, lo que genera temor entre la población. La falta de una estrategia efectiva contra el crimen organizado es cada vez más evidente.
El gobierno estatal, encabezado por el PAN, ha prometido reforzar la seguridad en la entidad. Sin embargo, operativos como este, aunque significativos, no parecen ser suficientes para contener la expansión de los cárteles y el flujo de drogas en las calles.
Mientras tanto, la ciudadanía exige resultados concretos. La percepción de inseguridad crece, y muchos se preguntan hasta cuándo seguirán viviendo bajo la sombra del narcotráfico. Los decomisos millonarios no bastan si no hay un cambio profundo en las políticas de seguridad.
Este caso pone en evidencia, una vez más, que el problema de las drogas y la violencia en Chihuahua está lejos de resolverse. Las autoridades enfrentan un desafío monumental, y la sociedad espera acciones que vayan más allá de los titulares.