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Transición de terciopelo en la Corte: Monreal celebra la elección judicial, pero las dudas persisten

Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, afirmó que la reciente elección judicial garantizará una transición suave en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Según el legislador, el proceso, que marcó un hito al permitir a la ciudadanía votar por jueces, magistrados y ministros, refleja la voluntad popular y pone fin a lo que él describe como un sistema judicial plagado de vicios. Monreal destacó que esta renovación será “de terciopelo”, sugiriendo un cambio sin conflictos ni resistencias.
La elección del 1 de junio, la primera en su tipo en México, permitió a millones de ciudadanos elegir a los nuevos integrantes del Poder Judicial. Sin embargo, la participación fue baja, con apenas un 13% del padrón electoral acudiendo a las urnas. Monreal minimizó este dato, asegurando que los seis millones de votos obtenidos por Hugo Aguilar, quien presidirá la Corte, son históricos frente a los procesos anteriores, donde los ministros eran electos por un puñado de legisladores.
El proceso no estuvo exento de controversias. Organizaciones civiles y colectivos como Defensorxs señalaron que al menos 13 candidatos tenían vínculos con el crimen organizado, sectas religiosas o acusaciones de corrupción. Entre los más votados destacaron figuras como Hugo Aguilar y Lenia Batres, ambos promovidos en los “acordeones” de Morena, listas de candidatos que el partido distribuyó y que el INE calificó como ilegales. Estas irregularidades han generado críticas sobre la transparencia del proceso.
Monreal, sin embargo, defendió la legitimidad de la elección. En conferencia de prensa, insistió en que el proceso fue pacífico y vigilado por las autoridades, descartando cualquier intento de revertir los resultados. Según el diputado, la elección marca el fin de un Poder Judicial corrupto, donde predominaban el nepotismo y la venta de justicia. Para él, la ciudadanía ha dado un paso decisivo hacia un sistema más justo.
La oposición, por su parte, no comparte este entusiasmo. Colectivos ciudadanos y partidos como el PAN y el PRI han calificado la elección como una “farsa” que pone en riesgo la autonomía judicial. Durante la jornada electoral, manifestaciones como la “Marcha por la libertad” en la Ciudad de México denunciaron un supuesto fraude y exigieron un Poder Judicial independiente. Los críticos señalan que la influencia de Morena en los candidatos electos compromete la imparcialidad de la Corte.
Otro punto de controversia fue el alto número de votos nulos, que alcanzó casi el 11% del total. Además, más de 11 millones de recuadros en las boletas quedaron sin marcar, reflejando el desconocimiento de los votantes sobre los candidatos. Ciudadanos como Raúl San Martín, de Iztapalapa, expresaron su frustración por la falta de información clara sobre los aspirantes, lo que complicó el proceso de votación.
A pesar de las críticas, el INE validó los resultados de la elección, incluyendo la conformación del Tribunal de Disciplina Judicial, que estará integrado por figuras como Cecilia Maya y Bernardo Bátiz. Monreal celebró esta validación, asegurando que cualquier impugnación será resuelta por los tribunales sin afectar el rumbo del proceso. Para el legislador, la elección es un tema concluido.
El impacto de esta reforma judicial, impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, sigue dividiendo opiniones. Mientras Morena y sus aliados la presentan como una victoria para la democracia, los opositores advierten que podría consolidar el control del partido oficialista sobre el Poder Judicial. La “transición de terciopelo” que promete Monreal será puesta a prueba a partir del 1 de septiembre, cuando los nuevos ministros asuman sus cargos.
Hugo Aguilar, quien encabezó los “acordeones” de Morena, se perfila como el nuevo presidente de la Suprema Corte. Su cercanía con figuras clave del partido, como Andrés Manuel López Beltrán, ha levantado sospechas sobre la independencia de su futura gestión. Mientras tanto, la sociedad mexicana observa con incertidumbre si esta renovación cumplirá con las promesas de justicia o si profundizará las divisiones políticas.

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