En Nuevo León, el transporte público enfrenta una caída significativa, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. En abril de 2025, solo 12.5 millones de personas utilizaron el transporte urbano, una disminución del 12.7% en comparación con los 14.3 millones registrados en el mismo mes de 2024. Este descenso refleja los problemas estructurales que persisten en la movilidad de la entidad.
El Sistema de Transporte Colectivo Metrorrey, uno de los principales medios de transporte en Monterrey, continúa siendo el más utilizado, aunque no escapa a las dificultades. Junto con el Transmetro y el Metrobús, estos sistemas han visto una reducción en la cantidad de pasajeros, lo que pone en evidencia la insatisfacción de los usuarios con el servicio.
Además, los kilómetros recorridos por las rutas de transporte público también disminuyeron drásticamente. En abril de 2024, las unidades cubrieron 3.8 millones de kilómetros, mientras que en el mismo periodo de 2025, esta cifra cayó a 2.8 millones, un retroceso del 26.6% a tasa anual. Estas cifras muestran un sistema en declive que no logra atender la demanda de movilidad.
Curiosamente, el sistema Transmetro García-Monterrey-Guadalupe fue la excepción, con un aumento del 38.7% en su uso, pasando de 0.7 millones de pasajeros en abril de 2024 a 0.9 millones en 2025. Sin embargo, este crecimiento no compensa la caída generalizada en otros sistemas de transporte público en la entidad.
La crisis del transporte en Nuevo León no es un problema nuevo. Desde hace años, los usuarios han señalado problemas como la falta de unidades, demoras en los tiempos de traslado y el mal estado de los vehículos. A esto se suma el aumento gradual de tarifas, que según el plan de movilidad estatal seguirá incrementándose hasta 2026 para cubrir costos operativos.
El gobierno estatal ha reconocido las fallas en el sistema. Recientemente, se reportó que más de la mitad de la flotilla de camiones está fuera de servicio por problemas mecánicos o mantenimiento. Esta situación agrava la percepción de ineficiencia y complica la movilidad de miles de personas que dependen del transporte público diariamente.
A pesar de los esfuerzos por modernizar el sistema, como la incorporación de nuevos autobuses y planes para reordenar rutas, los resultados aún no son visibles para los ciudadanos. La falta de infraestructura adecuada y la escasez de recursos han sido señaladas como las principales barreras para resolver esta crisis.
La disminución en el uso del transporte público también tiene un impacto directo en la economía local. Empresas han reportado pérdidas de productividad debido a la falta de opciones de movilidad confiables, lo que obliga a muchas a invertir en transporte privado para sus empleados.
Organizaciones como Coparmex han advertido que la situación del transporte público en Nuevo León afecta la competitividad del estado. La falta de soluciones efectivas podría tener consecuencias a largo plazo, tanto para los ciudadanos como para el desarrollo económico de la región.
Mientras tanto, los habitantes de Monterrey y sus alrededores continúan enfrentando un sistema de transporte público que no cumple con sus necesidades. La esperanza de mejoras sigue presente, pero los datos actuales reflejan un panorama desalentador para la movilidad en Nuevo León.

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Crisis en el transporte público de Nuevo León: se desploma un 12.7% el uso en un año
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