La tarde de este 16 de junio de 2025, una fuerte lluvia azotó los municipios de Tlalnepantla y Coacalco, en el Estado de México, dejando a su paso severas inundaciones que han colapsado vialidades y afectado a miles de personas. Las precipitaciones, intensas y prolongadas, convirtieron calles en ríos y desataron el caos en la zona norte del Valle de México.
En Tlalnepantla, la avenida Gustavo Baz se convirtió en una de las zonas más afectadas, con encharcamientos que alcanzaron hasta 60 centímetros de altura. Automóviles quedaron varados y el tráfico se paralizó, especialmente en los carriles laterales de Periférico Norte, a la altura de Santa Mónica. Las autoridades locales desplegaron brigadas de emergencia, pero la magnitud del agua superó los esfuerzos iniciales.
Coacalco no corrió con mejor suerte. La avenida José López Portillo, una de las principales vías del municipio, quedó intransitable debido a las corrientes de agua que arrastraron basura y obstruyeron el drenaje. Colonias como Villa de las Flores y Parque Residencial Coacalco reportaron inundaciones que afectaron viviendas, con niveles de agua que alcanzaron hasta un metro en algunas zonas.
El desbordamiento de canales y barrancas en la Sierra de Guadalupe agravó la situación. En Coacalco, el vaso regulador de la sierra no pudo contener el caudal, lo que provocó que el agua se desbordara hacia las zonas bajas, inundando casas y comercios. Residentes denunciaron pérdidas materiales significativas, desde muebles hasta electrodomésticos.
Las autoridades municipales de ambos municipios han sido señaladas por la falta de mantenimiento en el sistema de drenaje. La acumulación de basura en coladeras y canales fue un factor clave en las anegaciones, según reportes de Protección Civil. A pesar de los esfuerzos de limpieza con vactors, el agua tardó horas en descender en varias vialidades.
En Tlalnepantla, el gobierno municipal activó un operativo de emergencia, pero los habitantes criticaron la lentitud en la respuesta. Videos en redes sociales muestran cómo el agua ingresó a negocios y viviendas, dejando a familias atrapadas. En Santa Cecilia, una sucursal de Bodega Aurrera quedó inundada, afectando mercancías y complicando las operaciones.
Coacalco enfrentó problemas adicionales con la suspensión del servicio de Mexibús, ya que el carril exclusivo quedó bajo el agua. Pasajeros tuvieron que ser evacuados por elementos de Seguridad Pública, mientras que el transporte público colapsó en varias zonas, dejando a cientos varados en medio de la tormenta.
La Secretaría de Seguridad del Estado de México emitió alertas para que los habitantes tomaran precauciones, pero muchos consideran que las advertencias llegaron tarde. La falta de infraestructura adecuada y la nula prevención ante la temporada de lluvias han generado indignación entre los afectados, quienes exigen soluciones definitivas.
A pesar de los esfuerzos de los cuerpos de emergencia, la situación sigue siendo crítica en varias colonias. Protección Civil, Bomberos y personal de los ayuntamientos trabajan en la limpieza de escombros y el desazolve de drenajes, pero la magnitud de las lluvias ha rebasado la capacidad de respuesta en ambos municipios.
Las imágenes compartidas por los ciudadanos muestran un panorama desolador: vehículos arrastrados, calles convertidas en ríos y familias tratando de rescatar sus pertenencias. Este nuevo episodio de inundaciones pone en evidencia la vulnerabilidad de Tlalnepantla y Coacalco ante las lluvias, un problema que parece repetirse cada año sin soluciones de fondo.