El Gobierno federal, encabezado por Morena, ha anunciado la reubicación de dos centros de atención a mexicanos repatriados desde Estados Unidos. Según Félix Arturo Medina, subsecretario de Gobernación, estos centros, originalmente ubicados en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y Nuevo León, serán trasladados a Tapachula, Chiapas, y Villahermosa, Tabasco. La decisión, presentada en la conferencia matutina de Palacio Nacional, busca atender mejor a los connacionales que regresan al país, pero ¿realmente responde a las necesidades de los migrantes o es solo un cambio cosmético?
La estrategia, parte del programa “México te Abraza”, pretende garantizar una atención digna y con enfoque en derechos humanos a los repatriados. Desde el 20 de enero, México ha recibido a 56,298 connacionales deportados desde Estados Unidos, según datos oficiales. De estos, 12,183 han llegado por vía aérea a aeropuertos como el Felipe Ángeles, Villahermosa y Tapachula, mientras que el resto lo ha hecho por vía terrestre. Sin embargo, la reubicación de estos centros al sur del país levanta dudas sobre su efectividad, especialmente ante las promesas de deportaciones masivas de Donald Trump.
Medina Padilla explicó que los centros en Nuevo Laredo y Nuevo León registraban un bajo flujo de repatriados, lo que justificó su traslado a Tapachula y Villahermosa. Pero esta decisión parece ignorar la realidad de la frontera norte, donde muchos mexicanos aún cruzan en busca de mejores oportunidades. ¿Por qué mover los centros a regiones donde los flujos migratorios son más complejos, en lugar de fortalecer la infraestructura existente en el norte? La respuesta del gobierno no termina de convencer.
En Tapachula, el presidente municipal Aarón Yamil Melgar ha instruido la creación de un plan migratorio emergente para enfrentar una posible saturación de repatriados. Este plan incluye ocho espacios para atender a familias, mujeres, hombres, menores no acompañados y personas de la comunidad LGBTI. Sin embargo, la experiencia de Tapachula como “ciudad cárcel” para migrantes, con reportes de corrupción y violaciones a derechos humanos, pone en entredicho la capacidad del municipio para ofrecer una atención integral y efectiva.
El programa “México te Abraza” asegura haber brindado 236,818 servicios, incluyendo alimentos, atención médica, consultas psicológicas y boletos de autobús para que los repatriados regresen a sus lugares de origen. Más de 19,282 connacionales han recibido la Tarjeta Bienestar Paisano con 2,000 pesos para traslados, y 34,918 se han afiliado al IMSS por razones humanitarias. Estas cifras suenan impresionantes, pero no abordan el problema de fondo: la falta de oportunidades que empuja a los mexicanos a migrar en primer lugar.
La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, encabezó la conferencia donde se dio a conocer esta reubicación, en ausencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien asistió a la cumbre del G7 en Canadá. Rodríguez justificó el traslado argumentando que los centros se moverán a donde “realmente están llegando los paisanos”. Sin embargo, la falta de claridad sobre cómo se garantizará la infraestructura y los recursos en estas nuevas ubicaciones genera escepticismo. ¿Están Tapachula y Villahermosa realmente preparadas para absorber esta responsabilidad?
La reubicación de los centros también coincide con un contexto internacional complicado. Las amenazas de deportaciones masivas de Donald Trump han encendido las alertas en México, donde los migrantes mexicanos representan casi la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos. Las remesas, que en 2024 alcanzaron un récord de 65 mil millones de dólares, son un pilar económico para el país. Pero el gobierno de Morena parece más enfocado en mostrar cifras que en atacar las causas estructurales de la migración.
Mientras el gobierno presume avances, la realidad en la frontera sur es distinta. Tapachula lleva años lidiando con flujos migratorios masivos, y los reportes de abusos y condiciones precarias no son nuevos. La promesa de una atención “digna” suena bien en el discurso, pero la ejecución sigue siendo el talón de Aquiles de esta administración. ¿Será esta reubicación un paso hacia una verdadera solución o solo una maniobra para aparentar acción frente a la crisis migratoria?
La estrategia “México te Abraza” podría ser un esfuerzo bien intencionado, pero las dudas persisten. Mover centros de atención sin un plan claro para fortalecer la infraestructura local o garantizar el respeto a los derechos humanos de los repatriados parece más una reacción improvisada que una política sólida. Los mexicanos repatriados merecen más que promesas: necesitan soluciones reales que les permitan reintegrarse a sus comunidades con dignidad.
Por ahora, el gobierno de Morena sigue navegando entre anuncios grandilocuentes y una realidad que no siempre coincide con el discurso. La reubicación de los centros a Tapachula y Villahermosa será una prueba de fuego para demostrar si esta administración realmente está comprometida con los derechos de los migrantes o si, una vez más, se queda en buenas intenciones.

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Gobierno Federal Reubica Centros de Atención a Repatriados: ¿Una Solución Real o Más Promesas Vacías?
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