El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó que los recientes ataques aéreos contra Irán fueron una medida desesperada para detener un supuesto avance armamentístico que podría haber desencadenado un “holocausto nuclear”. En una entrevista con Fox News, el líder israelí aseguró que su gobierno actuó tras obtener información de inteligencia que indicaba que Irán estaba a meses de desarrollar su primera arma nuclear.
Según Netanyahu, los datos compartidos con Estados Unidos eran claros: Irán trabajaba en un plan secreto para militarizar uranio enriquecido, con capacidad para producir hasta nueve bombas atómicas. “Era el último momento para actuar, y lo hicimos para protegernos y al mundo de este régimen incendiario”, declaró, subrayando que Israel no permitirá un segundo holocausto contra el pueblo judío.
Los ataques, que comenzaron el viernes, incluyeron bombardeos a instalaciones militares y nucleares en Teherán, Natanz y otras regiones de Irán. Israel confirmó la destrucción de una planta clave de enriquecimiento de uranio en Natanz, así como la muerte de figuras importantes, como el jefe de inteligencia de la Guardia Revolucionaria iraní, Mohamad Kazemi, y su adjunto, Hasán Mohaqeq.
Irán, por su parte, insiste en que su programa nuclear tiene fines pacíficos y calificó los ataques como una agresión injustificada. En respuesta, Teherán lanzó varias oleadas de misiles y drones contra Israel, dejando un saldo de 13 muertos y más de 380 heridos, según las Fuerzas de Defensa de Israel. En Irán, los bombardeos israelíes han causado al menos 128 fallecidos y más de 900 heridos, de acuerdo con medios locales.
Netanyahu también apuntó que los ataques no solo buscaban frenar el programa nuclear, sino también debilitar el régimen iraní, al que describió como “vulnerable”. Sin embargo, evitó confirmar si el cambio de régimen era un objetivo explícito, aunque sugirió que podría ser una consecuencia de las acciones militares.
El conflicto ha generado reacciones internacionales mixtas. Mientras Reino Unido expresó su apoyo a Israel, Francia aclaró que no participará en la guerra, aunque ofreció ayuda para la defensa israelí. Irán, por su parte, amenazó con atacar bases militares de cualquier país que intervenga en el conflicto, incluyendo a Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
La Agencia Internacional de Energía Atómica confirmó que las instalaciones nucleares de Natanz sufrieron daños significativos, pero otras como Fordow y Bushehr permanecen intactas. Rafael Grossi, jefe de la agencia, señaló que el sitio de Fordow, ubicado bajo una montaña, es un objetivo más difícil para Israel debido a su protección natural.
Los ataques israelíes también alcanzaron infraestructura energética, como una refinería en el yacimiento de gas de South Pars, el mayor del mundo, paralizando la producción de 12 millones de metros cúbicos diarios. Este cambio de estrategia, que incluyó objetivos civiles e industriales, marca una escalada en el conflicto que podría tener consecuencias económicas para Irán.
Netanyahu defendió la operación como una medida para garantizar la supervivencia de Israel, comparando la amenaza iraní con el Holocausto nazi. “Hace 80 años, el pueblo judío fue víctima de un régimen genocida. Hoy, no permitiremos que eso se repita”, afirmó, reiterando que las operaciones continuarán el tiempo necesario para neutralizar la amenaza.
El conflicto entre Israel e Irán, que lleva años de tensiones por el programa nuclear iraní, ha alcanzado un punto crítico. Las próximas horas serán clave para determinar si las hostilidades escalan aún más o si las partes logran contener la violencia en Medio Oriente.

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Netanyahu asegura que atacó Irán para evitar un “holocausto nuclear”
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