Una celebración en León, Guanajuato, se convirtió en escenario de terror cuando un grupo de sicarios irrumpió y abrió fuego contra los instaladores de sonido. El ataque ocurrió el pasado 30 de marzo a las 6:20 de la tarde en un salón de fiestas ubicado en la calle Rubí Panorámica, cerca del bulevar San Juan Bosco.
Los hechos dejaron un saldo de dos personas heridas de gravedad. Según testigos, los agresores llegaron de manera repentina y dispararon sin mediar palabra, sembrando el pánico entre los asistentes. Uno de los afectados fue trasladado de urgencia a un hospital, mientras que el segundo fue atendido en el lugar por paramédicos.
La violencia no dio tregua en esta ocasión, evidenciando una vez más la fragilidad de la seguridad en la región. Elementos de la policía municipal acudieron al sitio tras el reporte, pero los responsables ya habían huido, dejando tras de sí casquillos percutidos y un ambiente de incertidumbre.
Las autoridades han iniciado una investigación para dar con los culpables, aunque hasta el momento no se reportan avances significativos. Este incidente se suma a la ola de agresiones armadas que azotan Guanajuato, un estado donde la presencia de grupos criminales sigue desafiando cualquier intento de control.
La tranquilidad de una fiesta fue interrumpida brutalmente, y los habitantes de León se preguntan hasta cuándo seguirán siendo testigos de esta escalada de violencia. Los heridos luchan por su vida, mientras la sombra de la inseguridad se cierne sobre la ciudad sin que se vislumbre una solución efectiva.