México y Estados Unidos sostuvieron un nuevo encuentro diplomático de alto nivel. El canciller Juan Ramón de la Fuente mantuvo una conversación telefónica con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, justo antes de la cumbre del G7. La llamada, según fuentes oficiales, buscaba abordar temas críticos en la relación bilateral, pero dejó en evidencia las fricciones entre ambos gobiernos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores informó que De la Fuente insistió en la importancia de las remesas para las familias mexicanas, rechazando de plano la propuesta de un impuesto del 3.5% impulsada por la administración de Donald Trump. Este gravamen, que ya ha sido aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, amenaza con golpear la economía de miles de mexicanos que dependen de estos recursos.
Por su parte, Rubio defendió la postura estadounidense, argumentando que el impuesto busca financiar medidas de seguridad fronteriza. Sin embargo, el tono de la conversación no fue del todo conciliador. México dejó claro que no cederá ante presiones que afecten a sus ciudadanos, mientras que Estados Unidos mantuvo su postura rígida sobre la necesidad de controlar la migración y el tráfico de drogas.
El tema de la seguridad también estuvo en el centro de la discusión. De la Fuente reiteró los esfuerzos de México para combatir el tráfico de armas desde Estados Unidos, señalando que este flujo es una de las principales causas de la violencia en el país. Rubio, en cambio, puso énfasis en la necesidad de frenar el fentanilo, una droga que ha causado estragos en territorio estadounidense.
La conversación se da en un contexto de tensiones crecientes por las políticas de Trump. Los aranceles del 25% a productos mexicanos, que aún están en discusión, siguen siendo una amenaza latente. México ha advertido que estas medidas podrían dañar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), afectando a las economías de ambos países.
Otro punto de la llamada fue la próxima visita de legisladores mexicanos a Washington. De la Fuente y Rubio acordaron que esta reunión será clave para dialogar sobre las remesas y buscar soluciones conjuntas. Sin embargo, las posturas encontradas hacen difícil prever acuerdos inmediatos.
El gobierno de Claudia Sheinbaum ha insistido en mantener una postura de “firmeza y diálogo” frente a las presiones de Estados Unidos. Sin embargo, la falta de avances concretos en estas conversaciones ha generado críticas. Algunos analistas señalan que la estrategia de México parece no tener el peso necesario para contrarrestar las políticas de Trump.
Mientras tanto, la ciudadanía mexicana observa con preocupación cómo estas disputas podrían impactar su economía y seguridad. Las remesas, un pilar fundamental para millones de familias, están en la cuerda floja, y el gobierno de Morena enfrenta el reto de defender los intereses nacionales en un escenario internacional cada vez más hostil.
La llamada entre De la Fuente y Rubio no logró resolver los puntos de conflicto, pero sí marcó la pauta para futuras negociaciones. Con el G7 como telón de fondo, la relación entre México y Estados Unidos sigue siendo un polvorín de tensiones y desencuentros.