La ofensiva del presidente Donald Trump contra la inmigración ilegal está generando incertidumbre en empresas de todo Estados Unidos. Más allá de Los Ángeles, las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han puesto en la mira a diversos negocios, desde grandes constructoras hasta pequeñas tiendas locales.
La Asociación de Contratistas Generales de Estados Unidos (AGA) ha alertado a sus miembros sobre posibles inspecciones en obras de construcción. Brian Turmail, portavoz del grupo, señaló que los agentes de ICE están intensificando sus operativos, lo que podría interrumpir proyectos clave en el sector.
En Los Ángeles, una de las ciudades más afectadas, las autoridades migratorias han centrado sus esfuerzos en jornaleros que se reúnen cerca de tiendas como Home Depot o 7-Eleven. Stephen Miller, asesor de la Casa Blanca, habría ordenado estas acciones a finales de mayo, según reportes de The Wall Street Journal.
Un caso destacado es el de Ambiance Apparel, una empresa textil en el centro de Los Ángeles. Sin previo aviso, agentes de ICE realizaron una redada en sus instalaciones, dejando a la compañía en una situación delicada. Benjamin Gluck, abogado de la empresa, expresó su preocupación por el impacto en los empleados.
No solo las grandes empresas están en riesgo. Negocios más pequeños, como lavaderos de autos y tiendas de donas, también han sido blanco de estas operaciones. Los Angeles Times reportó que las redadas han generado temor en comunidades locales, especialmente entre los trabajadores migrantes.
Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de la administración Trump para aumentar las deportaciones. Sin embargo, las redadas han desatado protestas en varias ciudades de Estados Unidos, con movimientos como “No Kings” cuestionando las políticas migratorias.
El impacto económico de estas medidas podría ser significativo. Las empresas, especialmente en sectores como la construcción y la manufactura, dependen en gran medida de la mano de obra migrante. Una interrupción en sus operaciones podría traducirse en pérdidas millonarias.
Mientras tanto, las comunidades migrantes viven con miedo constante. La incertidumbre sobre nuevas redadas ha cambiado la dinámica en lugares tradicionalmente concurridos por trabajadores en busca de empleo temporal.
En México, las redadas también han generado reacciones. Marchas en varias ciudades, incluida la Ciudad de México, han condenado las acciones de ICE, exigiendo un trato humano para los migrantes.
A medida que la política migratoria de Trump se endurece, el futuro de miles de trabajadores y empresas en Estados Unidos permanece incierto. Las redadas no solo afectan a los migrantes, sino que también sacuden los cimientos de sectores económicos clave.