El Instituto Nacional de Antropología e Historia ha negado los permisos para instalar esculturas de leones y una en honor a Titán, el perro héroe del K9 de Bomberos SIMUB, en la emblemática Plaza de la Paz en Guanajuato. La decisión ha generado controversia en la capital del estado, donde se buscaba embellecer el espacio público con estas obras.
La exposición temporal de esculturas de leones, creada por el artista Capelo, fue instalada sin autorización previa del INAH. Estas piezas, parte de la muestra “Esculturas de Leones”, buscaban realzar el carácter cultural de Guanajuato, ciudad reconocida por eventos como el Festival Internacional Cervantino.
Por su parte, la escultura de Titán, un homenaje al perro pionero de las unidades K9 a nivel nacional e internacional, también fue rechazada para su colocación en la Plaza de la Paz. Este proyecto, impulsado por Bomberos SIMUB, pretendía rendir tributo al legado del can que contribuyó al bienestar de la sociedad.
La presidenta municipal, Samantha Smith, expresó su desacuerdo con la negativa del INAH. Argumentó que las esculturas no solo embellecen el entorno, sino que también refuerzan la identidad cultural de Guanajuato, un destino turístico de renombre.
Smith señaló que, en el caso de los leones, se trata de una exposición temporal prestada para enriquecer la experiencia de locales y visitantes. Sin embargo, el INAH ha sido claro en su postura: cualquier instalación permanente requiere su aprobación previa.
Ante la negativa, las autoridades municipales ya evalúan alternativas para reubicar la escultura de Titán en otro espacio significativo. Smith destacó que están en diálogo con el INAH para encontrar un lugar que cumpla con los criterios patrimoniales y permita honrar al perro héroe.
La controversia pone en el centro el equilibrio entre la preservación del patrimonio y la innovación en los espacios públicos. Guanajuato, declarado Patrimonio de la Humanidad, enfrenta el desafío de integrar el arte moderno sin afectar su valor histórico.
La alcaldesa defendió la importancia de ser “disruptivos” en la promoción del arte, comparando a Guanajuato con grandes ciudades que han transformado sus calles con esculturas icónicas. Sin embargo, el INAH insiste en revisar los criterios para proteger el entorno cultural.
La discusión sigue abierta, y las autoridades municipales trabajan en nuevas propuestas para conciliar con el INAH. Mientras tanto, la Plaza de la Paz permanece sin las esculturas, dejando a la ciudadanía a la espera de una solución.
Este caso refleja la tensión entre el impulso cultural y las regulaciones patrimoniales, un debate que continuará marcando el desarrollo de Guanajuato como referente turístico y cultural.