En un día que prometía ser de celebración, Estados Unidos vivió una jornada marcada por la tensión. El presidente Donald Trump cumplió 79 años el 14 de junio de 2025, coincidiendo con el 250 aniversario del Ejército estadounidense, y organizó un fastuoso desfile militar en Washington D.C. Sin embargo, el evento fue eclipsado por protestas sin precedentes en todo el país, bajo el lema “No Kings”, que denunciaron el creciente autoritarismo del mandatario.
El desfile, que recorrió la avenida Constitution, incluyó más de 6,600 soldados, 150 vehículos militares, tanques M1 Abrams y helicópteros. Trump, acompañado por la primera dama Melania Trump y el secretario de Defensa Pete Hegseth, observó el espectáculo desde una tribuna especial. El evento, con un costo estimado de hasta 45 millones de dólares, buscaba proyectar el poderío militar estadounidense, pero las críticas no se hicieron esperar.
Las manifestaciones “No Kings” se realizaron en más de 2,000 lugares en los 50 estados, siendo las mayores desde que Trump regresó al poder en enero de 2025. En ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Chicago y Dallas, miles de personas salieron a las calles para protestar contra las políticas migratorias del presidente y el uso del ejército para reprimir manifestaciones, especialmente en California.
En Los Ángeles, la situación se tornó violenta. La policía utilizó gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes, dejando varios heridos. Las protestas también se vieron marcadas por la indignación tras el asesinato de la legisladora estatal de Minnesota, Melissa Hortman, en un acto que las autoridades calificaron como “motivado políticamente”.
El grupo “No Kings”, organizador de las protestas, acusó a Trump de actuar como un monarca al organizar un desfile que, según ellos, alimentaba su ego en lugar de honrar al ejército. Criticaron el despliegue de la Guardia Nacional y marines en Los Ángeles, donde se han intensificado las redadas contra migrantes, generando temor en las comunidades.
A pesar de las advertencias de Trump de responder con “gran fuerza” a las protestas, la mayoría de las manifestaciones fueron pacíficas. En Washington, los manifestantes se acercaron al perímetro del desfile, pero fueron contenidos por la policía sin incidentes graves. Pancartas con mensajes como “Trump debe irse” y estatuas satíricas del presidente como un rey en un trono marcaron el ambiente.
El desfile, que comenzó con una salva de 21 cañonazos y mostró uniformes históricos de conflictos como la Guerra de Independencia y la Segunda Guerra Mundial, no logró captar la atención que Trump esperaba. La lluvia y la escasa asistencia en algunas zonas del recorrido opacaron aún más el evento, que fue seguido por un concierto y fuegos artificiales.
Las tensiones internacionales también añadieron un trasfondo complicado. El reciente bombardeo israelí a Irán y la respuesta de Teherán con misiles generaron preocupación por una posible escalada en Medio Oriente, lo que desvió la atención del desfile. Trump, en su discurso tras el evento, enfatizó la fortaleza del ejército estadounidense y advirtió a los “enemigos” del país.
La jornada dejó en claro las profundas divisiones en Estados Unidos. Mientras Trump buscaba proyectar poder, las protestas reflejaron el descontento de amplios sectores de la población. Las críticas al costo del desfile y su coincidencia con el cumpleaños del presidente alimentaron las acusaciones de que el evento fue más una celebración personal que un homenaje militar.
El 14 de junio de 2025 pasará a la historia no por el espectáculo militar, sino por la movilización ciudadana que desafió al presidente en un día que él esperaba dominar. Las imágenes de tanques en Washington contrastaron con las de miles de personas exigiendo un cambio, dejando un país polarizado y en alerta.