El alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, confirmó que el coronel de infantería Alejandro Bravo Martínez será el nuevo titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal. La designación llega tras la renuncia de Sergio Antonio Leyva López, quien dejó el cargo por motivos personales.
Alejandro Bravo Martínez, nacido en una familia de militares, asumirá oficialmente sus funciones la próxima semana, cuando se le tome protesta en un evento protocolario. Su nombramiento responde a la solicitud del municipio a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para incorporar a un elemento activo del Ejército en este puesto clave.
La salida de Leyva López se dio en un contexto de tensión en Culiacán. Horas antes de su renuncia, se registró un enfrentamiento entre policías municipales y estatales afuera de una clínica privada, donde ingresaron dos personas heridas de bala. Siete agentes municipales fueron detenidos por su conducta agresiva, según la Secretaría de Seguridad Pública estatal.
El nuevo secretario de seguridad, Bravo Martínez, cuenta con experiencia previa en la mesa de seguridad de Sinaloa y ha servido en San Ignacio. Su trayectoria militar incluye roles destacados, lo que genera expectativas sobre su capacidad para enfrentar los retos de inseguridad en la capital sinaloense.
Culiacán ha enfrentado episodios recientes de violencia que han puesto en alerta a las autoridades. Desde balaceras y bloqueos hasta ataques armados, la ciudad vive un clima de inseguridad que preocupa a los ciudadanos. El nombramiento de un militar en este cargo busca reforzar las estrategias de seguridad.
La designación de Bravo Martínez ocurre en un momento crítico. Apenas en mayo, Sinaloa reportó enfrentamientos armados y bloqueos en Culiacán y Navolato, sin víctimas fatales, pero con un impacto significativo en la percepción de seguridad. Las autoridades han pedido a la población evitar ciertas zonas durante operativos.
El gobierno municipal espera que la experiencia militar de Bravo Martínez contribuya a estabilizar la situación. Sin embargo, persisten las dudas sobre si un cambio de mando será suficiente para abordar los problemas estructurales de inseguridad en la región, donde el crimen organizado mantiene una fuerte presencia.
La llegada de un coronel al frente de la seguridad pública refleja una estrategia recurrente en México: recurrir a militares para ocupar cargos civiles en contextos de alta violencia. Este enfoque, aunque común, genera debate sobre su efectividad a largo plazo.
El nombramiento también pone a prueba la capacidad del gobierno local para coordinarse con las fuerzas estatales y federales. Los recientes roces entre corporaciones policiacas muestran la necesidad de una mejor comunicación y trabajo conjunto para garantizar la seguridad de los culiacanenses.
La ciudadanía espera resultados concretos. La designación de Bravo Martínez será observada de cerca, mientras Culiacán enfrenta uno de los periodos más convulsos de los últimos años en materia de seguridad pública.