Irán ha cuestionado duramente la propuesta de Estados Unidos para negociar un nuevo acuerdo nuclear, calificándola como inviable y carente de sentido. Según el gobierno iraní, el plan presentado por Washington no aborda las necesidades de Teherán, especialmente en lo que respecta al levantamiento de sanciones económicas.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, señaló que cualquier propuesta debe alinearse con los intereses nacionales de su país. Baghaei dejó claro que Irán no aceptará exigencias que considere excesivas o que limiten su soberanía, particularmente en el tema del enriquecimiento de uranio.
La propuesta estadounidense, enviada a través de Omán, buscaba reactivar las conversaciones nucleares iniciadas en 2015 con el Plan Integral de Acción Conjunta. Sin embargo, Irán insiste en que el acuerdo debe garantizar beneficios tangibles, como la eliminación de sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha respaldado esta postura, afirmando que negociar con Washington no es una opción confiable. Jamenei recordó que la experiencia pasada, especialmente la salida de Estados Unidos del acuerdo en 2018, demuestra que no se puede confiar en sus promesas.
Por su parte, Estados Unidos defiende que su propuesta busca limitar el programa nuclear iraní para evitar la proliferación de armas nucleares. Funcionarios estadounidenses han advertido que el tiempo para alcanzar un acuerdo se agota, y que la falta de cooperación podría endurecer las sanciones.
La tensión entre ambos países se intensifica tras un reciente ataque atribuido a Israel contra instalaciones iraníes, que algunos analistas ven como un intento de sabotear las negociaciones. Este incidente ha complicado aún más el panorama diplomático.
Irán mantiene que su programa nuclear tiene fines pacíficos, destinados a la generación de energía y usos médicos. Sin embargo, países occidentales, liderados por Estados Unidos, sospechan que Teherán podría estar desarrollando capacidades para fabricar armas nucleares.
Las negociaciones, que debían continuar en Omán, ahora enfrentan un futuro incierto. La comunidad internacional observa con preocupación, mientras Irán y Estados Unidos intercambian acusaciones, alejando la posibilidad de un acuerdo que estabilice la región.