Cientos de personas se reunieron este sábado en la Ciudad de México para participar en el movimiento conocido como Día sin Reyes, una protesta que busca visibilizar las dificultades que enfrenta la comunidad mexicana en Estados Unidos. La marcha, que recorrió avenidas principales de la capital, fue un grito unificado contra las políticas migratorias del gobierno de Donald Trump.
Los manifestantes, muchos de ellos con pancartas y banderas mexicanas, exigieron respeto a los derechos humanos de los migrantes mexicanos. La protesta se centró en las recientes redadas migratorias en varias ciudades estadounidenses, que han generado temor entre las comunidades latinas. Los participantes señalaron que estas acciones han separado familias y creado un ambiente de incertidumbre.
La movilización comenzó en el Monumento a la Revolución y avanzó hacia el Zócalo capitalino. Durante el recorrido, los asistentes corearon consignas como “No somos criminales, somos trabajadores” y “Respeto para los mexicanos”. La marcha transcurrió en un ambiente pacífico, aunque con un mensaje claro de indignación ante la situación en el vecino país del norte.
Organizaciones civiles y activistas encabezaron la protesta, destacando la importancia de la unidad entre la comunidad mexicana tanto en México como en el extranjero. Algunos oradores señalaron que los migrantes contribuyen significativamente a la economía estadounidense, pero enfrentan discriminación y políticas hostiles que los criminalizan.
La presidenta Claudia Sheinbaum emitió un mensaje previo a la marcha, donde llamó a la comunidad mexicana en Estados Unidos a manifestarse de forma pacífica y evitar caer en provocaciones. Sin embargo, algunos manifestantes en la Ciudad de México criticaron la respuesta del gobierno federal, argumentando que se necesitan acciones más contundentes para proteger a los migrantes.
La protesta también incluyó testimonios de familiares de migrantes que han sido deportados o que viven con el temor constante de ser detenidos. Estas historias personales resonaron entre los asistentes, quienes expresaron su solidaridad y demandaron un trato digno para sus compatriotas en el extranjero.
El Día sin Reyes en la Ciudad de México no fue un evento aislado. En varias ciudades de Estados Unidos, como Los Ángeles y Chicago, se realizaron manifestaciones similares para rechazar las políticas antimigratorias. Estas acciones coordinadas reflejan el creciente descontento de la diáspora mexicana ante las medidas del gobierno estadounidense.
La jornada culminó con un mitin en el Zócalo, donde los organizadores reiteraron su compromiso de seguir alzando la voz hasta que se garanticen los derechos de los migrantes. Aunque la protesta no generó cambios inmediatos, los participantes aseguraron que el movimiento es un paso hacia una mayor visibilidad de la lucha migrante.
Este tipo de manifestaciones pone de manifiesto la conexión entre México y su comunidad en el exterior. La solidaridad expresada en las calles de la capital mexicana busca enviar un mensaje claro: los mexicanos, sin importar dónde estén, merecen respeto y un trato justo.